domingo, 13 de septiembre de 2009

Nora Cárpena no teme quedar encasillada




















Por Emilio Marcelo Jozami

mjozami@elliberal.com.ar

Con soberbia actuación en su rol de la mala de Herencia de amor, la actriz argentina revalidar pergaminos conseguidos en años de carrera culebrón donde sobresale Cárpena lo emite Canal 7 Santiago del Estero, a las 15.

Herencia de amor la devolvió a la televisión después de sus apariciones en Sálvame María (2005) y Padre Coraje (2006). En la telenovela protagonizada por Diego Olivera, Sebastián Estevanéz y Luz Cipriota, la actriz Nora Cárpena es Mercedes, una “mujer déspota, diríamos la mala”, tal como la definió en diálogo exclusivo con PURA VIDA.
La hija del gran actor y director Homero Cárpena, disfruta de este presente laboral. Mientras tanto, la hermana de Claudia Cárpena ya se prepara para debutar en Mar del Plata con Brujas, obra de teatro que subirá a escena al Teatro Corrientes junto con Moria Casán, Thelma Biral, Graciela Duffau y Leonor Benedetto.
¿Cómo analiza el cruce entre la realidad y la ficción que se da en las telenovelas?
Todas las novelas tienen que ver con la realidad. Rolando Rivas: taxista, que era de otras épocas, también tenía que ver con la realidad. Las novelas son sacadas de la vida misma. Es mentira que sea una cosa novelesca porque en la vida pasan cosas mucho más novelescas que las novelas propias.
(Participó en la segunda temporada de Rolando Rivas, donde personificaba a Natalia, la mamá de Marcelo Marcote, cuyo personaje hizo que se encontraran ella y el protagonista de la tira, Claudio García Satur, para comenzar una nueva historia de amor).
Por lo que la escucho, ¿no acepta esa división entre género clásico y realista?
Para nada. Las novelas van cambiando de acuerdo con las épocas. Siempre tienen una historia de amor y algo que ocurre. Rolando Rivas tenía todo lo relacionado con Buenos Aires. En los años 70 había otro Buenos Aires si lo comparamos con el de hoy. Las cosas han ido cambiando como cambió la ciudad, el lenguaje y el mundo. Hay algunas que son más o menos románticas o más o menos testimoniales.
Dentro de las testimoniales, como el caso de Montecristo, usted interpretó a la jueza Mercedes Cortés…
Estoy muy orgullosa de haber trabajado allí. La realidad fue un dato muy fuerte dentro de Montecristo. Eso fue uno de los atractivos principales que propuso la tira. Se abordó el doloroso pasado de la Argentina y los procesos judiciales contra muchos de los que participaron del llamado terrorismo de Estado. Esta obra exhibió que la ficción puede mostrar cabalmente lo que pasa en el país.
Fue un personaje que, tal vez, rompió con los estereotipos a los que estábamos acostumbrados a verla…
Fue una persona que tenía muy en claro todo lo que tenía que ver con los derechos humanos y no le importaban los medios para llegar a la verdad y cumplir sus objetivos.
Si la Mercedes de Montecristo era una mujer aguerrida, ¿cómo es la Mercedes que ahora interpreta en Herencia de amor?
Es una mujer muy ambiciosa, que estuvo mucho tiempo fuera del país y que vivió muchas cosas en su pasado, algunas que se conocen y otras que no y que, por supuesto, no voy a hablar. Como todos los personajes, como todos los seres humanos tiene una cierta carga que la hace ser de una manera o de otra. Por momentos, una mujer muy déspota, una mala. No creo que sea muy mala pero eso es lo que la gente puede pensar. Es un personaje simpático y entretenido que me divierte hacerlo.
¿Cuál es el tratamiento que hace Herencia de amor acerca de la realidad?
Es una novela romántica, cuya historia se desarrolla en un pueblo donde dos hermanos se pelean por una herencia. Eso puede ocurrir en cualquier momento. Es una historia que desnudará intrigas y alianzas entre los personajes que se tejerán a partir del amor y del odio que unirá o destruirá sus destinos para siempre.
¿Esa forma de ser de Mercedes la transfiere a Lautaro Ledesma (Diego Olivera)?
Eso lo tienen que juzgar ustedes. Yo no puedo juzgar como público. Eso tiene que decirlo la gente.
(La transferencia está porque Lautaro, protagonista del triángulo entre los personajes de Sebastián Estevanez y Luz Cipriota, es un ser ambicioso, que le gusta el poder y que vuelve únicamente a la estancia de su padre para cobrar la herencia).
¿Teme quedar encasillada en el personaje de la mala?
No. A esta altura de mi vida no temo quedar encasillada en nada”.
¿Se considera una actriz todoterreno?
Soy una actriz que ha trabajado en muchos ámbitos, tal vez menos en cine. A mi me encanta la televisión y el teatro. Si me gusta la propuesta, acepto, es suficiente.
¿Qué debe tener un guión para que usted acepte sin vacilar?
Tiene que interesarme.
¿Qué temáticas prefiere desarrollar?
Me puede interesar una cosa o no. Ya no estoy encasillada. Dependerá de los momentos de la vida, de todo.
¿En estos momentos qué es lo que le interesa?
Mi interesa lo que estoy haciendo en televisión. Me propusieron hacer Herencia de amor y acepté. Me ofrecieron volver a hacer Brujas, en teatro, y acepté. En este momento, esto es lo que me interesa. De aquí en más no sabría decirle qué voy a hacer. Herencia de amor sigue hasta fin de año y, el 3 de diciembre, estrenamos Brujas en Mar del Plata.

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