miércoles, 15 de abril de 2009

Todo lo que tienes que saber sobre “X-Men Orígenes: Wolverine”, la película de Hugh Hackman

Hugh Hackman en una arriesgada presentación de su filme. Lo hizo en su patria: Australia. En este informe, te cuento aspectos sobresalientes de como se hizo esta esperada película. Presta atención a las declaraciones de Hackman y los lugares donde fue realizada. La pasión por un cómics que gusta y atrapa con su historia.


“X-Men Orígenes: Wolverine”, el primer capítulo en la saga de X-Men, reúne a Wolverine con otras leyendas del universo de X-Men, en una revolución épica en la que los mutantes se enfrentan a fuerzas poderosas determinadas a eliminarlos.

Hugh Jackman, como la feroz máquina de pelea que posee sorprendentes poderes curativos, garras de adamantio y una furia salvaje conocida como furia berserker, reinterpreta el papel que lo convirtió en una superestrella.

“X-Men Orígenes: Wolverine” se mantiene fiel al tono de la franquicia de películas de X-Men, al perpetuar el balance entre el espectáculo y la realidad de las películas previas, sin dejar de fortalecer las emociones y relaciones.

También introduce a un equipo de mutantes, incluyendo a varios cuya aparición en la serie cinematográfica había sido largamente esperada. El público conocerá al Equipo X, una cuadrilla militar clandestina conformada en su totalidad por mutantes.

Sus miembros son: Wolverine; su hermano Víctor Creed, conocido como Sabretooth, un ser salvaje de poder inimaginable; Wade Wilson, que será conocido más tarde como Deadpool, un mercenario moderno con un hábil manejo de la espada; Agente Zero, un experto rastreador y letal francotirador; Wraith, un teletransportador; Fred J. Dukes, también conocido como The Blob, un gigante morbosamente obeso y súper fuerte; y Bradley, quien puede manipular la electricidad.

El grupo lo encabeza William Stryker, una figura que apareció en “X2”, pero cuyos orígenes y motivos son explorados en esta ocasión, en vista de que es la compleja relación entre él y Wolverine lo que define el pasado de Logan…y de su futuro.

Esta película, cuyo lanzamiento oficial se realizo en Australia con un inspiradísimo Hugh Hackman, también analiza el trágico romance de Logan con Kayla Silverfox. El destino de Kayla provoca que Logan se vea involucrado en el ominoso programa Armas X, un experimento militar secreto de billones de dólares en el que Wolverine y otros mutantes son pieza fundamental. Entre éstos se encuentran Gambit, un joven Scott Summers (que será conocido más tarde como Cyclops); una bella y joven mutante llamada Emma Frost; y el previamente mencionado Deadpool, contra quienes Wolverine se enfrenta en su desafío final.

Si bien las tres películas previas de X-Men se desarrollaban en un futuro no muy distante, la historia principal de X-Men Orígenes: Wolverine —siendo el primer capítulo de la saga— se desarrolla previo a los acontecimientos de aquellas películas, en un pasado no muy lejano, aproximadamente en la década de los 70.

La extensión épica de la nueva película también abarca flash-backs que abarcan 150 años. Tiene una escala y ambición nuevas para esta aclamada serie. “Queríamos superar las expectativas en todo aspecto”, resumió la estrella y productor Hugh Jackman. “No solamente podíamos hacer una película muy buena; tenía que ser mucho más que eso”.

Para lograrlo, este primer capitulo ofrece un vertiginoso y emocionante viaje, lleno de aventuras y acción, mientras aborda temas complejos y conflictos emocionales intensos, que han sido características distintivas de las películas de X-Men.

El elenco se completa con Liev Schreiber (Víctor Creed / Sabretooth), Dany Huston (Stryker), Dominic Monaghan (Bradley), Ryan Reynold (Wade Wilson / Deadpool), Taylor Kitch (Remy Le Beau / Gambit), will.i.am (Wraith), Lynn Collins (Kayla), Kevin Durand (Fred J. Dukes / The Blob) y Daniel Henney (Agente Zero). Gavin Hood es el director.

La primera vez de X-Men

El personaje de Wolverine apareció en las historietas años después que muchos de sus hermanos X-Men, siendo la primera vez en 1974 (como una creación del escritor Len Wein y el director de arte John Romita Sr.), antes de haberse convertido en miembro integral de Los X-Men y de haber encabezado su propia serie de tiras cómicas.

El impacto del personaje en la cultura popular ha sido profundo; solamente el año pasado, Wolverine fue catalogado Nº 1 en la lista de los “200 Personajes Principales de Cómics de Todos los Tiempos”, por la revista Wizard, y Nº 4 en la lista de los “50 Personajes de Cómics Más Grandes de Todos los Tiempos”, por la revista Empire.

La primera película de los X-Men, con el en aquel entonces recién llegado a Hollywood Hugh Jackman en el importante papel de Wolverine, fue estrenada en el 2000 ante grandes elogios de la crítica y del público, además de haber consolidado la adaptación de los cómics al cine. “X2”, estrenada en el 2003, y “X-Men: The Last Stand”, que salió en el 2006, también alcanzaron un gran éxito. Para el 2009, más del 70 por ciento de los cinéfilos estadounidenses habían visto al menos una de las películas de los X-Men.

“Los personajes siempre han sido parte de la esencia de los cómics y de las películas de X-Men. La gente se vincula e identifica con ellos”, destaco Hackman.

De hecho, cuando las leyendas del cómic Stan Lee y Jack Kirby crearon a los X-Men hace más de 40 años, crearon personajes e historias con drama y conflicto. Los X-Men eran un grupo atípico de héroes —a ratos sarcástico, antisocial o claramente imperfecto—, pero compasivos cuando luchaban contra los demonios de sus vidas o cuando se enfrentaban a poderosos villanos en su universo de poderes especiales.

Jackman cuenta como produjo X-Men

“Me divertí más interpretando a Wolverine en esta película que en las anteriores”, comenta Hugh Jackman. Su nuevo papel como productor incrementó su entusiasmo por el personaje y por todo el universo de los X-Men. Junto con el director Gavin Hood, así como con el socio de producción de Jackman en Seed Productions, John Palermo, y los productores Lauren Shuler Donner y Ralph Winter, Jackman supervisó virtualmente cada aspecto de los periodos de preproducción, producción y postproducción del filme.

“Mi preparación proviene del teatro, donde estás involucrado en todo. Para cuando subes a escena en la noche de estreno, sabes mucho no sólo acerca de tu papel, sino también del diseño de sets, diseño de vestuario, desarrollo de la historia…todo. Esa emoción, conocimiento y preparación son parte fundamental de la experiencia”.

Quizás el aspecto más disfrutable de sus labores como productor fue el casting. “Esta película presenta a muchos personajes grandiosos y nuevos para las películas de X-Men”, comenta Jackman. “Fue particularmente gratificante introducir a estos nuevos personajes y encontrar a los actores adecuados para interpretarlos”.

Jackman el productor ciertamente puso a Jackman el actor a prueba, incluyendo un régimen de entrenamiento físico extenuante que lo dejó en la mejor forma de su vida. Si bien entrenó arduamente para cada una de las tres películas previas de X-Men, el mantra de Jackman para superar las expectativas de X-MEN ORÍGENES: WOLVERINE lo llevó a alcanzar nuevos niveles de preparación física.

“Con los filmes previos de X-Men nunca logré que Logan se viera exactamente como yo quería que se viera. Para ésta, quería que Logan se viera animalesco, que las venas se le botaran, y que tuviera una habilidad física felina. Quería que el público dijera, ‘Okey, este tipo es aterrador; este tipo le podría arrancar la cabeza fácilmente a alguien’”.

Además de pasar horas en el gimnasio, Jackman incrementó su ingesta de proteínas y calorías a niveles similares a los de un atleta profesional. Un día típico comenzaba a las 4 A.m., cuando se despertaba a tomar un licuado de proteínas especialmente preparado. Después se levantaba a las 6 A.m. para hacer entrenamiento con pesas, durante el cual en ocasiones permanecía en personaje para maximizar el trabajo.

“Cargaba veinte por ciento más duro, más pesado y más tiempo como Wolverine, que como lo haría si fuera yo”, explica Jackman con una franca risa. “Como yo, podía decir fácilmente, ‘Ah, es suficiente entrenamiento [con pesas]. Pero como Wolverine, era: ‘Me encanta estar cargando peso de más’”.

Si bien Jackman se volvió físicamente imponente, no perdió su facultad atlética que ha aportado no sólo a sus papeles en películas de acción, sino también a su trabajo en escena. “La cámara adora a Hugh”, señala la productora Lauren Shuler Donner. “Tiene la gracia de un bailarín —es mucho más que solamente ‘hacer músculo’ para el papel”.

La ética laboral de Jackman

La ética laboral de Jackman y el régimen de entrenamiento impresionó a todo el equipo de producción, especialmente a Liev Schreiber, cuyo Víctor Creed se enfrenta en varias ocasiones a su némesis en pantalla, Logan, interpretado por Jackman.

Además de hacer más exigente la acción y traer a personajes frescos para la franquicia cinematográfica de X-Men, los realizadores decidieron cambiar de locaciones para el rodaje. Si bien “X-Men” quedó bien servida por las locaciones y sets de Toronto, y “X2” y “X-Men: The Last Stand” aprovecharon al máximo los lugares y foros de Vancouver, gran parte de X-MEN ORÍGENES: WOLVERINE fue filmada en Nueva Zelanda y Australia, con unas cuantas secuencias planeadas para Vancouver.

Las magníficas vistas de Nueva Zelanda fueron invaluables, especialmente para las secuencias que se desarrollan en la locación ficticia canadiense del Lago Alkali (hogar del programa Arma X) y en el paraíso rural donde Logan encuentra un descanso efímero con su amada, Kayla Silverfox, que se filmó en la Isla del Sur de Nueva Zelanda.

La Isla del Sur de Nueva Zelanda también fue hogar de una de las más grandes secuencias de acción de la película, en la que se aprecia una persecución en helicóptero y el eventual choque de éste. El director de segunda unidad Peter MacDonald trabajó con Hood para supervisar la espectacular acción, que también incluía hacer estallar una casa de labranza, y a Logan en un emocionante viaje sobre la que se convierte en su icónica Harley Davidson.

Después se mudaron a Sídney, Australia, donde la producción filmó en locaciones por toda la ciudad, incluyendo un hospital abandonado, un cine de la década de los 20 (desde hace mucho tiempo en desuso), que se convirtió en un cuadrilátero donde Logan combate contra Blob (de 320 kilos de peso), el Parque Centennial, la impresionante playa de la Costa Norte y un campo de futbol soccer, que la producción transformó en un carnaval ambulante.

Pero la locación más notable fue la Isla Cockatoo, que la producción convirtió en una planta de energía nuclear abandonada —hogar del laboratorio de Stryker y un “área de contención de mutantes”.

La Isla fue alguna vez el astillero más grande de Australia, ostentando un dique seco construido por convictos en 1857, además de haber sido también el hogar de una prisión imperial. La paleta que brindaba era perfecta para que el departamento de arte del filme pudiera recrear el mundo siniestro y aislado de Stryker y de sus experimentos mutantes.

Para la secuencia donde vemos a Logan y a Víctor pasando por los campos de batalla no de una, sino de cuatro guerras, los dos hermanos se enlistan en el Ejército Confederado durante la Guerra Civil Estadounidense, negocian las trincheras de la Primera Guerra Mundial, arriban a la Playa de Normandía en la Segunda Guerra Mundial y se enfrentan a los horrores del conflicto de Vietnam.

sábado, 11 de abril de 2009

Jorge Rojas le sacó el “Mono” a Raly Barrionuevo


Por Emilio Marcelo Jozami /mjozami@elliberal.com.ar

“Sí, sí, ya estamos trabajando”. La respuesta fue contundente cuando consultamos al bajista “Mono” Banegas si se había separado de Raly Barrionuevo, con quien trabajó siete años, y se pasó al conjunto de Jorge Rojas. En esta entrevista exclusiva con PURA VIDA, el hijo de Horacio Banegas detalló las razones de su cambio.

¿Cómo se concretó tu pase hacia el grupo de Jorge Rojas?

“Jorge Rojas me había hablado para producirle un disco doble: con una parte folclórica y la otra con baladas. A mí me contrataron para producir específicamente la parte folclórica, tarea que comencé a hacer en diciembre de 2008. En ese trayecto fue cuando llegó el ofrecimiento para formar parte de la banda. No había aceptado porque yo tenía el compromiso con Raly Barrionuevo hasta el verano pasado”.

¿El ofrecimiento te lo hizo Jorge o la producción de este músico?

“Él, directamente. Jorge me hizo saber que venía realizando un seguimiento de mi carrera. Me dijo que le gustaron los trabajos que hice para mi viejo (Horacio Banegas), con La Juntada (Coplanacu-“Peteco” Carabajal y Raly Barrionuevo), el Dúo Terral y acompañar a Raly. Después de ese seguimiento vino el ofrecimiento. Este tipo de decisiones las toma directamente Jorge Rojas. El contacto siempre fue con él”.

¿Qué dijo Raly cuándo le comunicaste tu partido?

“Fueron siete años de andar juntos. Ha sido difícil esta separación. Somos amigos y esas cosas se entienden, con el dolor que significa de desprenderse de afectos y amigos Tenemos la mejor relación con Raly. No ha pasado absolutamente nada”.

¿Este cambio significa un salto cualitativo o cuantitativo?

“Es una mezcla de ambas cosas. Me aportará un crecimiento porque el nivel es más profesional y hay cosas que se manejan de manera muy distinta a la que yo venía trabajando. Siempre he apuntado a trabajar de manera seria y profesional. Tengo la posibilidad de estar en una empresa grande, donde todo se maneja como se debe manejar, de manera profesional. Lo que dí es un paso muy importante porque es trabajar de manera profesional. Dentro de los artistas del país es lo más serio trabajando”.

Por lo que te escucho decir me da la impresión que hubo roces con Raly…

“Con Raly quedaron muy bien las cosas. Había planteado salir de la banda de Raly mucho antes del ofrecimiento de Jorge. Como en todo proyecto que participas llega un momento en que sientes que hay techos y que necesitas un respiro para retomar después. Dentro de unos meses, Raly comienza a trabajar con un nuevo disco. Como amigos y compañeros de trabajo vamos a seguir haciendo cosas. El tema es que yo necesita un cambio para hacer realidad varios proyectos personales, entre ellos escribir un libro”.

¿Qué temas abordarás en ese libro?

“Es sobre la chacarera. Es un trabajo de recopilación de las chacareras de Andrés Chazarreta hasta nuestros tiempos. Siempre he tenido la necesidad de que nuestra música trascienda y se relacione con otras músicas más evolucionadas teóricamente. Es contar como se tocaba antiguamente hasta hoy”.

¿Cuándo es tu presentación oficial y pública tuya como bajista de Jorge Rojas?

“Será el 23 y 24 de mayo próximo en un festival que organiza Jorge en el Chaco salteño. El 20 de abril arrancamos con los ensayos. Mientras, seguimos con la preparación del disco doble que se grabará en junio y en agosto se sale a presentarlo en gira nacional e internacional”.

Teniendo en cuenta este crecimiento artístico que has experimentado, en un futuro, ¿se puede hablar de un “Mono” Banegas solista?

“Todavía no me lo he planteado porque, mi forma de verla, es que se de naturalmente. Si se da lo del “Mono” Banegas como solista será bienvenido, pero no es una necesidad que tengo ahora porque me considero un laburador dentro de un equipo. Disfruto mucho desde este lugar. No voy a forzar nada sino que seguiré trabajando en equipo”.

Qué difícil es ser travesti

Por Emilio Marcelo Jozami mjozami@elliberal.com.ar

Sentimientos encontrados afloran con claridad en “Días de Libertad”, obra protagonizada por cuatro travestis santiagueños. Podra verla nuevamente el 28 de abril, en Adatise. Recomendable.

(EL LIBERAL/ Tomás Marini)

No discriminar y propender a la inclusión social es el mensaje de “Días de libertad”, obra que se repondra el 28 de abril proximo en Adatise, sala ubicada en Libertad Nº 175, de Santiago.

Esta propuesta teatral fue concebida por un grupo independiente de teatro que surgió de un taller de iniciación teatral para la comunidad transgénero, y tiene como protagonistas a María Marta Contreras, Luisa Paz, Sandra Castillo y Laly Rolón.

Sin experiencia actoral alguna, María Marta, Luisa, Sandra y Laly, integrantes además de la Asociación Travestis, Transexuales, Transgeneros Argentina, cumplen con eficiencia la construcción de sus personas: se interpretan a si misma.

Con un texto sencillo, de fácil comprensión, “Días de Libertad” es crítica con los comportamientos que adopta la policía antes de la realización de los corsos en Santiago y después. Crítica la brutalidad a la que son sometidas estas personas transgénero.

En un escenario despojado de escenografías impactantes, el guionista y director teatral, Fabián Ávalos, se vale de las experiencias propias de María Marta, Luisa, Sandra y Laly y así referirse también a la marginación que éstas sufren por su condición sexual.

Sin golpes bajos ni lenguaje soez, Ávalos habla también del amor y el desamor, la soledad y la necesidad de que los derechos de estas personas sean reconocidas. En este sentido, baja línea acerca de la actitud hipócritas que la sociedad tiene con ellas.

Con una marcación actoral precisa y una historia con un contenido real, sólido y bien sostenido, “Días de Libertad” no solamente crítica por criticar sino que además es autocrítica con el desenvolvimiento, a veces mezquino, de los propios travestis.

Dicen que el teatro es un espejo donde se refleja la vida. En “Días de Libertad”, las cuatros travestis santiagueñas encontraron un lugar para relatar sus días de gloria, de opresión, de ocasos, de alegrías y de búsquedas interminables.

La obra es una oda a la vida, a expresarse sin ataduras morales, al urgente manifiesto de ser aceptados como son. Es un clamor que, en clave de humor, las protagonistas desnudan sus almas y revelan la necesidad de derribar fronteras propias y ajenas.

“Que difícil es ser travesti”, reflexiona Luisa en un monólogo donde derrama lágrimas de verdad. Mientras lo expresa, se libera de una campera para dejar ver una remera blanca con una inscripción más que significativa:”No a la transfobia”. Está todo dicho.

martes, 7 de abril de 2009

“Meryl Streep es traviesa”

Meryl Streep y Philip Seymour Hoffman en una secuencia del filme “La Duda”.

El director del filme “La Duda”, John Patrick Shanley, en el marco de una conferencia de prensa on line, habló acerca de su experiencia de dirigir a Meryl Streep. EL LIBERAL participo en exclusiva de este encuentro vitual. Alli, brindó detalles de cómo adaptó al cine el guión que él escribió sobre este hoy consagrado filme.

Por Emilio Marcelo Jozami

mjozami@elliberal.com.ar


En 1990 se hizo conocer con el filme “Joe contra el volcán”. Después, pasó mucho tiempo sin que supiéramos nada de John Patrick Shanley. El año pasado reapareció con un filme reflexivo y con tintes autobiográficos: “La Duda”, protagonizada por Meryl Streep, Philip Seymour Hoffman, Amy Adams y Viola Davis.

Shanley llevó a la pantalla grande el guión de teatro que el mismo escribió. “Doubt”, su nombre en inglés, está ambientada en 1964 y nos introduce en una escuela católica del Bronx para seguir la confrontación que se produce entre la superiora de las monjas (Meryl Streep) y un cura (Philip Seymour Hoffman) que es acusado de pedofilia. Próximamente, Disney, editará un DVD con detalles de esta película. Patrick brindó una conferencia de prensa on line, de la cual participó en exclusiva PURA VIDA.

¿En dónde obtuvo la idea de “La Duda”?

“Escribí “La Duda” durante la invasión de Irak y escuché a mucha gente en televisión que sonaban muy certeros sobre la manera de ser de las cosas y me sentí oprimido. Y cuando le puse un nombre a la opresión sentí que eso eran dudas. Cuando nombre al sentimiento ese como opresión, me recordó a otro período de mi vida en los ´60 cuando sentí opresión y dudas. Los 60 fue una época de grandes cambios y golpes”.

¿Por qué hizo de la obra una película y cual es el valor agregado de ella?

“Cuando conté la historia como una obra tenía una comprensión grandiosa de la historia. Cuando la hice como filme, fui capaz de abrirla a dimensiones naturales que incluyeron a estudiantes, monjas en conventos, sacerdotes en rectorías y la congregación. Todas las escenas con los niños son nuevas. Las escenas en la rectoría, en el convento o en clase no estaban en la obra. La película fue esculpida de acuerdo al rendimiento de los actores. Mientras los actores iban conformando una noción de cómo la escena debía ser tomada, Roger Deackins y yo trabajábamos en sus actuaciones”.

¿Qué interpretaciones o variantes que estuvieron ausentes en la obra original fueron contribuidas por el elenco de la adaptación en la pantalla?

“Meryl Streep tuvo un gran momento de confrontación en la escena con Phillip Seymour Hoffman cuando ella comienza a contestarle su pregunta: “¿Alguna vez hiciste algo mal?” Confiesa como si uno le confesara un pesado a un cura. Esa fue una interpretación que nunca había pensado, pero me gustó”.

Meryl Streep es considerada como una actriz de actrices y es adorada por el público. ¿Es ella muy grande para ser dirigida?

“No, ella es dúctil, eminentemente dirigible. Es traviesa, extremadamente inteligente y una presencia divertida en el set. Aunque ella no sabe, ella esta bien la mitad del tiempo. Por esa razón le gusta y disfruta ser dirigida. No quiere terminar en la luna”.

Considerando que la película esta basada en una obra de teatro ¿Cuáles fueron los desafíos de poner en escena algo que ya había sido puesto en escena?

“El gran desafió fue convertir la obra en pantalla porque en la obra sólo había cuatro protagonistas. Convertirla en un moderno filme es un desafío bastante grande. Muchos fueron los cambios desde los días de “Heredar el viento”. Lo que en principio parecía una dificultad con la escasez de personajes, resultó ser la respuesta, lo que fue innatural fue dejar a tantos personajes afuera. Como película, tenía sentido incluir a los niños, ellos estaban discutiendo sobre la congregación y el vecindario de clase trabajadora.

La Duda” pasa en todos lados ¿Por qué eligió este set en particular?

“El set me eligió a mi. Crecí en un barrio de clase trabajadora en el Bronx y la duda está realmente situada ahí. El exterior incluye la escuela de la iglesia a la que fui, las calles donde me crié y los tejados en donde jugaba”.

¿Cuán desafiante fue la filmación de la escena final de confrontación?

“Fue un acto atlético de los actores. Para cubrirlo apropiadamente tuvimos que pedirles ir a un lugar de extremo peligro durante tres días. Tuvimos que parar la escena varias veces frente a cientos de miradas y sonrisas, acciones realistas motivadas para justificar el número de movimientos necesarios de la cámara para mantener la escena vital”.

¿Cómo enfocó la adaptación cinematográfica del sermón de apertura?

“Cuando estuve re escribiendo el guión, me di cuenta que debía haber una escena en la cual los dos combatientes se vieran cara a cara por primera vez y dictada la forma que escribí la escena la disparé desde ahí. La hermana Aloysius entra en su contrapunto con el sermón del padre Flynn”.

El punto de vista de la película deja un sentimiento de dudas al final ¿Creó una imagen de lo que le pasó a usted?

“El cuento es contado desde el punto de vista de las monjas. Sabemos lo que ellas saben y ellas no lo saben todo”.

A pesar de que la película sobre el final no es específica sobre que sucede ¿Recibiste alguna respuesta negativa por parte de la iglesia católica?

“No, por el contrario. He hablado por un gran número de sacerdotes, monjas y hermanos y todos coinciden en una respuesta positiva con el material”.

En “La Duda” hay una comparación entre la tradición y la innovación. En estos días, de cara a la devaluación económica, ¿podemos volver a los viejos valores?

“No creo que se pueda volver atrás, pero nunca algo se pierde. La historia de la raza humana informa las acciones de cada persona. El cambio siempre envuelve una perdida. Lo que nosotros experimentamos es una perdida ahora, es un aspecto de un cambio. Creo que los cambios que estan sucediendo en el mundo ahora necesitan transpirar, pero sangrarán en el piso”.


Entre el Hechizo de Luna y La Duda

John Patrick Stanley ganó un Oscar por su guión de “Hechizo de Luna y es guionista en una variedad de largometrajes, entre los que se incluyen “Viven” y “Congo”.
“Después del largo receso de Joe contra el volcán, lo único que quería era ir a casa y volver a mis raíces como escritor. Adopté a dos niños, quienes tomaron mucho de mi tiempo y tuve que luchar con un avanzado glaucoma en mis ojos que me causaban cegueras intermitentes y requirieron de múltiples cirugías” (John Patrick Shanley).
John Patrick Shanley es un director que hace cine de autor, un cine donde respeta las narrativas originales y hace hincapie en las historias, las ambientaciones correspondientes y las actuaciones de nivel. Eso lo logro, por ejemplo, en "LaDuda".

viernes, 3 de abril de 2009

La carroza que no debió volver

Por Emilio Marcelo Jozami
mjozami@elliberal.com.ar
La carroza no debió volver. Tendría que haberse quedado en 1985, año en que se estrenó su primera parte, con Alejandro Doria en la dirección y un elenco inolvidable. No en vano Doria se negó a dirigir esta saga. El realizador de “Darse cuenta” dijo que volvía si “Esperando la carroza 2” estaba a la altura de la primera.

Hombre visionario fue el director de “Las Manos” al no ponerse de nuevo detrás de las cámaras para rodar la historia del político corrupto (Luis Brandoni) y su inaguantable esposa (Bettiana Blum). La continuación, que recupera a gran parte de los personajes originales, destrozó la esencia de aquél filme argentino de culto basado en una obra teatral estrenada en 1962 en Uruguay.

Necesariamente hay que ver la primera parte para compararla con esta prolongación sosa, que arranca risas con cuentagotas e improlijidades técnicas imperdonable en estos tiempos. La línea argumental es aceptable, porque nos muestra a los argentinos tal como somos o queremos ser, pero la realización es un verdadero atentado al cine como arte.

Si bien la primera exhibía una historia contextualizada en la era pos dictadura militar, la segunda muestra desde la etapa del menemismo en adelante, las consecuencias que esta era dejó en una sociedad fragmentada e individualista.

En la de 1985 perdían de vista a la anciana del clan, Mamá Cora (insuperable Antonio Gasalla), y montaban de un momento a otro los ritos de su funeral en el hogar donde había vivido, en la segunda, sin Gasalla, Enrique Pinti, Cecilia Rosetto y Darío Grandinetti, la historia va hacia otras direcciones.

”Esperando la carroza 2”, dirigida por Gabriel Condron, tiene como mérito las excelentes actuaciones de Roberto Carnaghi y Betiana Blum, quienes oxigenan el filme en sus roles de Jorge y Nora. La carroza no debió volver…aunque ya se habla de una tercera parte.