sábado, 5 de septiembre de 2009

La espiritualidad de Raúl Taibo


Por: Emilio Marcelo Jozami mjozami@elliberal.com.ar

Fotos: David Alejandro Jozami

Sereno, reflexivo, introspectivo y desbordante de felicidad. Esa es la sensación que genera cuando uno escucha a Raúl Taibo. El actor está más allá de la figura del galán que construyó en los 80. Transita un camino más espiritual, donde busca ser parte de una totalidad, como lo sostuvo en el diálogo exclusivo que mantuvo con PURA VIDA.
Junto con Emilia Mazer, Fabio Aste y Victoria Onetto recorre el país con Closer, una de las obras más polémicas que se convirtió en un fenómeno internacional luego de que en el 2004, la versión cinematográfica que protagonizaron Julia Roberts, Jude Law, Clive Owen y Natalie Portman –dirigidos por Mike Nichols– se diera a conocer.
La invitación de Closer es poner a prueba a las parejas y en su eslogan asegura que quienes entren acompañados a la función quizá salgan solitarios. Da para pensarlo. Sobre esto conversamos con Taibo, quien presentará esta pieza escrita por Patrick Marber el próximo 2 de septiembre, a las 22, en el teatro 25 de Mayo.
¿Closer es una representación exacta de la historia concebida por Patrick Marber?
Es un guión teatral que respeta la obra de Marber, aunque tiene algunas aproximaciones a nuestro carácter latino, a nuestras formas de hablar y a nuestra sangre.
A partir de esta adaptación, ¿cuál es el tratamiento que hacen sobre la infidelidad y la mirada particular que tiene la obra sobre las relaciones modernas?
Todo eso se representa igual Marber lo escribió. Lo que varía es que nosotros trabajamos, en función de nuestra idiosincrasia, ciertas cosas de intimidad entre las parejas. El final también lo hicimos a nuestra manera latina y ajustada a nuestra época.
¿Closer es una historia de amor sencilla o una complicada historia que se acerca al lado oscuro y torturado del amor?
Tiene el amor sencillo, también el amor desesperado de algunos protagonistas por estar juntos. Tiene el deseo sexual que se interpreta como amor y tiene la posibilidad de ir más allá de ese amor que logra el perdón, que es un amor más trascendente.
A propósito de la obra, ¿qué opina Raúl Taibo de los encuentros casuales, de las atracciones instantáneas, del voyeurismo y de las traiciones ocasionales?
Somos una civilización que estamos adaptados a todo eso. Es una moneda corriente en nuestra cultura. Es una cultura que nos aleja de nosotros mismos y que no nos hace dar cuenta de que todo eso es lo que nos estamos haciendo y a cada quien también.
¿Es la cultura de la exclusión?
En esta cultura, que hacen que todo esté afuera nuestro y que no nos hacen ver hacia nuestro interior, somos muy proclives a los encuentros casuales, a las atracciones instantáneas, al voyeurismo y a las traiciones ocasionales.
¿Qué hay de usted en ese “juego de espejos deformados”, tal como se promociona la obra?
Construí un personaje (Leo) que tiene aspectos que son espejos de mi personalidad. Es por eso que los pude poner en juego. No sé si está deformado o no. Hacerlo era imprescindible y así me fue. Tuve crisis durante los ensayos porque había muchos aspectos de Leo, que son bastante oscuros, que yo no estaba acostumbrado a expresar.
En ese proceso de memoria emotiva que realizó para elaborar a Leo, ¿qué partes oscuras afloraron de Raúl Jorge Tignarelli, tal es su nombre real?
Muchos aspectos de pareja, la incapacidad de perdonar, la cobardía de haberme escapado de la vida de alguna persona y de tener limitaciones para ver al otro con sus verdaderas necesidades y deseos.
¿Lo redime haber logrado exorcizar esos demonios?
Fue un proceso de exorcización y catársis y, también, de transformación. Todo tiene que ver con la redención, con sanar, darse cuenta e iluminar estos aspectos. Cuando uno ilumina todos estos aspectos oscuros en uno tiene la gran posibilidad de sanarlos.
Leí una expresión donde sostiene: “Desde que dejé el tema del protagonismo años atrás me volví más espiritual”. ¿De qué manera traduce este estado en su vida?
En tener mayor conciencia de uno mismo, es sentirme que estoy más en todo, no dedicarme a mi propio ombligo y poder participar de la totalidad del juego, de lo que hay en la vida. Tengo una conciencia más expandida y veo la totalidad.
¿Qué función cumple el chat en su mundo de relaciones?
Cero. No tengo relación eso. Se que es muy importante, en nuestra cultura, formar parte de las redes sociales pero, a mí me aburre estar frente a una computadora. Prefiero la comunicación directa o hablar por teléfono, en todo caso.

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