sábado, 26 de septiembre de 2009

El secreto del éxito de Juan José Campanella

Lo dijo Javier Bardem hace poco. Para él, Ricardo Darín es el mejor actor del mundo. Hay quienes llegaron a compararlo con Marcelo Mastroiani, y con Johnny Depp. Es uno de esos actores que es imposible que caiga mal. Lo cierto es que aquel galán de ojos claros, cuya cara era la imagen de una publicidad de cigarrillos, actualmente es la cara del cine argentino de la última década. Juan José Campanella, quien lo dirige en El secreto de sus ojos, en diálogo con PURA VIDA, lo definió como “el mejor actor”. Desde hoy, los santiagueños tendrán la oportunidad de verlo trabajar en este filme que narra el afán de un empleado judicial retirado por tratar de esclarecer un horrendo crimen.

Por Emilio Marcelo Jozami
mjozami@elliberal.com.ar
El secreto de sus ojos, la película del director Juan José Campanella con Ricardo Darín y Guillermo Francella, que se estrena hoy en los cines de Santiago, encabeza la lista de las diez películas más taquilleras. En entrevista exclusiva con PURA VIDA, el cineasta analizó el fenómeno y profundizó sobre la historia que cuenta.
¿Qué lo motivó llevar al cine la historia de El secreto de sus ojos?
A raíz de haber leído la novela La pregunta de sus ojos, de Eduardo Sacheri. Me la devoré y me encantó inmediatamente. Después de pensar durante un tiempo largo cómo haría la adaptación, hablé con Eduardo y ahí nos mandamos.
Más allá del artista, ¿qué fibras íntimas tocó a Juan José Campanella ser humano?
Me gustó muchísimo el hecho de que sea una historia policial con una reflexión muy fuerte sobre lo que puede provocar la falta de justicia, pero además me conmovió mucho que fueran protagonizadas por personajes absolutamente cotidianos, con los que yo me identifico perfectamente. No estaba protagonizada por un detective borracho u otros personajes clásicos del cine negro.
Millones de argentinos vieron y se emocionaron con El secreto de sus ojos. ¿Qué tiene este filme que reposicionó al cine nacional entre los preferidos?
A mí me cuesta tratar de descifrar al público. No puedo meterme en la mente de toda esa gente. Me puedo basar por el retorno que estoy teniendo y por los comentarios que deja la gente en el sitio. Me da la impresión de que son dos factores que le está gustando al público. Uno, es la mezcla de géneros. Hay elementos de policial, humor y una fuerte historia de amor. Genera un cóctel que mueve todas las emociones. Por el otro lado, y esto es lo que me sorprende, están hablando de una fuerte conmoción que produce la película. Eso está muy bueno y lo estoy recibiendo del público.
A través de la investigación que retoma Espósito (Ricardo Darín) de un caso judicial ya archivado, ¿es su deseo de que El secreto… sea un disparador en nuestra sociedad argentina para reflexionar sobre la verdad, la justicia y la necesidad de revalorizar los afectos?
El deseo de uno es siempre que una película trascienda lo cinematográfico y que pase a hablarse no como tema de cine sino como tema de vida. A mí me ha ocurrido con El hijo de la novia y más aún con Luna de Avellaneda. Ojalá suceda esto con El secreto…
Se ha dicho que en El secreto de sus ojos se avala la justicia por mano propia…
Es una lectura muy simplista que se ha hecho de la película. Si la piensan un poquito más se van a dar cuenta de que es una historia más profunda.
¿Los largometrajes que ha realizado llevan la impronta de lo aprendido en su paso por los grandes estudios cinematográficos de Hollywood?
Si yo filmara algunas de esas series como filmé las películas me echan en la mitad del rodaje. Son dos estilos muy distintos el de la pantalla chica al de la pantalla grande. Parece un cliché lo que te estoy diciendo, pero es verdad. La elección de lentes, planos, puesta en escena y montaje son completamente distintos.
No es frecuente en el cine nacional la utilización del plano secuencia (se filma en continuidad, sin corte entre planos, en la que la cámara se desplaza conforme con una meticulosa planificación). ¿Qué le permitió la utilización de este recurso?
Me pareció que, cinematográficamente, era la mejor manera de provocar en la audiencia la adrenalina que están sintiendo los personajes en ese momento. No quería filmarlo de una manera convencional, es decir con muchas tomas y muchas cámaras. Prefería poner al espectador en medio de la acción y que siguiera a los personajes a lo largo de toda esta corrida.

Darín, el preferido de Campanella
Ricardo Darín es su actor fetiche. Hace diez años, dirigido por usted, trabajó con Soledad Villamil en El mismo amor la misma lluvia. ¿Cómo fue reunirlos nuevamente?
Muy sencillo: apenas nos pusimos a trabajar el primer día fue como si nunca hubiésemos dejado de trabajar ninguno de estos años. Ellos tienen una gran comunicación fuera del set y una gran química fuera de pantalla.
¿Qué encontró en Darín para tenerlo fijo en todos sus emprendimientos fílmicos?
Primero y principal, encontré capacidad, una enorme técnica, impresionante carisma, una gran comunión con lo que yo pienso que tiene que ser el cine, un enorme peso específico y, además, que era el actor correcto para todos esos papeles.
Javier Bardem ha dicho que Darín es el mejor actor del mundo. Otros llegaron a compararlo con Marcelo Mastroiani y con Johnny Depp por su carisma…
Es mejor actor.
Si tenemos en cuenta los perfiles que se conocen de ellos ¿por qué le asignó roles de profundo dramatismo a un comediante como Guillermo Francella y a un contador de chiste como José Luis Gioia?
José Luis vino a hacer pruebas de casting. Las hizo perfecto y quedó. A Guillermo fui yo quien le ofreció el papel. En sus trabajos anteriores yo veía una gran búsqueda de la verdad. Esto, particularmente, desde la actuación, es algo que me gusta mucho. No me cabía duda de su capacidad actoral. Necesitaba un actor con un peso específico en pantalla suficiente como para empardar a Ricardo (por Darín) con menor tiempo en pantalla.
Sin dudas, usted dejó atrás los prejuicios que existen acerca de que un comediante no puede ni debe cambiar de roles…
Desde hace años que sé que ese prejuicio es erróneo. Un actor que maneje muy bien la comedia le es mucho más fácil hacer algo dramático que lo contrario.

Volverá a dirigir Dr. House
Juan Campanella es más conocido en nuestro país por sus películas (El mismo amor, la misma lluvia; El hijo de la novia, Luna de Avellaneda y El Secreto de sus ojos) y por la miniserie Vientos de Agua, exitosa co-producción argentino-española.
Paralelamente también desarrolló una carrera como director en la televisión de los Estados Unidos, en las series La ley y el orden (en breve regresará a EE.UU para filmar un nuevo capítulo) Dr.House (en breve dirigirá dos nuevos episodios) y 30 Rock.

Comentario

Ojos que hablan


Por Emilio Marcelo Jozami
mjozami@elliberal.com.ar

El secreto de sus ojos es una película de matices tan diversos como profundos. Juan José Campanella, su director, cuenta una historia en la que, con inteligencia, dosifica los arquetipos del policial negro, del drama, la comedia y el melodrama.
La variedad temática está muy bien sostenida por una narración prolija, en la que no hay cabos sueltos, sino que todo tiene un principio, un nudo y un desenlace. Nada es azaroso en la reconstrucción de esta historia cautivante por si misma.
No son historias simplistas, sino relatos reales, acaecidos en una Argentina setentosa, donde la violencia imperaba por sobre la razón, donde las injusticias doblegaban a la justicia, donde las mentiras querían acallar la verdad y donde dominaba la sinrazón.
También está el otro costado, aquél en el cual Campanella se mueve como un pez en el agua: mostrar, sin golpes bajos, el peso del amor, aunque en este caso el enamoramiento casi silencioso, pero amor al fin, que se impone ante cualquier circunstancia y tiempo.
Además, haciendo honor a la esencia de la novela negra, pone en evidencia las inmoralidades y codicias de la sociedad capitalista, aquella donde el dinero y la búsqueda del poder aparecen como los únicos impulsores de las relaciones humanas, con su secuela de crímenes, marginación e injusticia.
Como otro elemento distintivo de la novela negra, especialmente la norteamericana, en la que se inspira Campanella, en El secreto de sus ojos el director está interesado en revelar por qué (no quién) alguien había sido asesinado.
En tanto, desde lo formal, Juan José da una lección de cine. Hay una puesta en escena justa y necesaria (escenarios naturales y recreados de muy buena factura) y tomas innovadoras (el plano secuencia es magistral) y complementadoras del relato.
Y los tiene a Ricardo Darín y Soledad Villamil componiendo personajes creíbles y cotidianos. Lo tiene a Guillermo Francella en un papel jugado y a un Pablo Rago exigido pero cumplidor. Lo recupera a Mario Alarcón y lo posiciona al humorista José Luis Gioia como el capitán Báez.
El secreto de sus ojos es una película que involucra al espectador cuando está en la sala y cuando sale de ella. Como dice Benjamín Espósito, el personaje de Darín:”Sus ojos hablan”. Hombre enamorado, pero también comprometido con develar la verdad

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