sábado, 8 de agosto de 2009

Otra vez será, Juan

Emilio Marcelo Jozami
mjozami@elliberal.com.ar

Juan Saavedra está feliz. Los reconocimientos por su extraordinaria labor como bailarín llegaron ahora desde el Cirque Du Soleil, ese espacio excelso de creación del cual formó parte en su etapa fundacional, en 1984, en el barrio Saint-Mitchel, de Québec (Canadá).
Guy Laliberté, uno de los entonces artistas callejeros que dieron vida al Cirque du Soleil, le envió una invitación para que participe de los espectáculos con los que festejarán el 25º aniversario de la creación de esta empresa canadiense de entretenimiento.
Juan, por problemas surgidos en el otorgamiento de la visa, frustró su viaje a Canadá. La fecha fijada era el 5 de agosto para volver, con sus 62 años, a mostrar la esencia de Santiago del Estero hecha danza en un show que ya se realizó el 7 y 8 de agosto en esa ciudad.
Así como en 1984 descolló con sus innovadoras coreografías, mezclando lo clásico con lo contemporáneo sin dejar de lado las raíces de su tierra, Juan tenía pensado hacer lo mismo en este 2009 que lo encuentra pleno y potente en lo profesional.
Cada show del Du Soleil es una síntesis de varios estilos de circo de todo el mundo, con su tema central e historia. Sumergen a la audiencia en una presentación continua de música en vivo, con artistas en vez de tramoyas.
Al evocar los comienzos del Cirque Du Soleil, Saavedra, remarcó: “Estuve en las giras que hicieron en 1984 y 1985. Ha sido una cuestión muy humilde, romántica y bohemia. Era una producción relativa pero con mucho amor y esperanza”.
Juan llegó a lo que hoy es una mega empresa del entretenimiento de la mano de un grupo belga que realizaba, por el mundo, espectáculos integrales. Recorrió desde pequeños pueblos hasta grandes ciudades de Canadá y luego varios países europeos.
“La creación del Cirque Du Soleil fue un sueño romántico, creado por dos artistas callejeros extraordinarios como lo son Guy Liberté y Daniel Gauthier, hoy multimillonarios pero impregnados de una genuina humildad”, especificó.
“Guy Liberté, sin haber explotado a nadie y sin haber hecho ninguna tranza que no sean los sueños artísticos y bellos de aquel grupo de jóvenes idealistas, me ennoblece y me hace sentir muy bien que nos hayan convocado para un nuevo proyecto”, relató.
La frustrada posibilidad de retornar al lugar que lo vio crecer artísticamente en el extranjero, no significa para Juan la coronación de su carrera sino el reconocimiento a su arte. “Es un eslabón más, maravilloso, dentro del camino artístico y del humano que emprendí”, destacó.

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