Emilio Marcelo Jozami
mjozami@elliberal.com.ar
Nazarena Vélez tiene los mejores recuerdos de sus pasos por Santiago, ciudad a la que arribó por última vez hace dos años a la cabeza del exitoso elenco de El champán las pone mimosas. “Las veces que he venido me han tratado como una princesa. Santiago mima mi alma y alimento mi ego”, resaltó la vedette en un diálogo telefónico con PURA VIDA.
¿Las colas y las lolas de las mujeres exuberantes que protagonizan “El champán las pone mimosa” hacen al éxito rotundo que tiene esta comedia?
“No todo pasa por lo físico, sino que está sostenida por un muy buen libreto escrito por Gerardo (por Sofovich). Además, somos un elenco homogéneo, que nos llevamos muy bien. Hay muchas comedias que son buenísimas, que andan por todo el país, pero hacen agua. En cambio, la nuestra tiene ángel, magia, es familiar, apta para todo público”.
¿Trabajar en este tipo de comedias, además de haber protagonizado un relato de Roberto Fontanarosa para TV, habla de una señal de cambio en tu carrera?
“Habla también de un trabajo que vengo haciendo desde hace tiempo, y que mi exposición mediática lo tapaba, porque era lo que más interesaba. Protagonicé comedias con Rodolfo Ranni, Fabián Gianola y Emilio Disi. Eutanasia, el papel que hago en El champán las pone mimosas me saca del papel de la sex symbol y revela mi costado cómico, actoral. La gente se encontrará con una Nazarena Vélez que no se espera”.
¿Sos chica de barrio o mujer fatal las 24 horas?
“Una chica de barrio ciento por ciento y mujer fatal cuando la profesión lo necesita. Esto me lo da el haber estudiado actuación. En la vida real soy una chica de barrio ciento por ciento y estoy muy orgullosa de serlo”.
¿Sos una mujer autosuficiente, de ir al frente cuándo la situación te desborda?
“Soy una mujer autosuficiente. Esto, generalmente, me crea un desgaste físico y psíquico muy grande por que tengo los pantalones puestos en casa en todos los sentidos. Al ser separada, me hago cargo de lo económico y la atención personal de mis hijos”.
¿Mujer indómita?
“No soy de las mujeres que se quedan apichonadas, sino que soy de las que salen al frente y arremeten con todo aunque después el cuerpo me pase factura. Pero, estaría bueno también tener un hombro en dónde apoyarme. Puedo trabajar y mantener a mi familia con mi trabajo y eso me hace feliz”.
¿La nuestra es una sociedad machista?
“Ciento por ciento machista, que muchas veces no se banca que una mujer vaya al frente. Es una sociedad machista que también empuja a la mujer, sí o sí, a trabajar. Yo no soy de las que se queda en el rincón llorando porque no me pasen plata. No me estoy quejando de ninguno de los dos padres de mis hijos. No soy de las que espera fin de mes para que le llegue un sobre, soy de las que sale a buscar su trabajo, su dinero de una forma digna para que no le falte nada a mis hijos a pesar del que dirán”.
¿Quiénes te critican lo hacen por envidia?
“Quienes me critican lo hacen porque no me conocen, porque no saben del gran sacrificio que hago como mujer, madre e hija. Lo hacen porque no saben que hay detrás de esta mujer que tiene una conducta intachable que solo se adapta a lo que hoy la televisión necesita y quiere ver, sin venderse en todos los sentidos. Yo no vendo ni mi cuerpo ni mi alma, ni tampoco mis convicciones”.
¿Qué pasará el día que a Nazarena se le termine la exposición mediática?
“Hay una carrera de más de quince años que me permitirá sostenerme si el día de mañana se termina esa alta exposición mediática que comenzó hace tres años en mi vida. Hay una muy buena base. Construí una carrera paso a paso. Lo que pasa es que hace tres años exploté ante la masa. Me formé actoralmente con Norman Briski y Augusto Fernández. Hoy tengo un perfil más bajo y sigo trabajando sin exponerme”.
¿De los hombres que pasaron por tu vida, qué rescatas de cada uno de ellos?
“Por mi vida pasaron menos hombres de lo que la gente imagina. Tuve cuatro parejas. De Alejandro y Daniel, que son los papás de Barbarita y Gonzalo, respectivamente, rescato el hecho que me dieron los dos seres más maravillosos que tengo en la vida. Barbarita y Gonzalo son la razón de mi existencia”.
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