sábado, 8 de agosto de 2009

El universo femenino según la particular visión de cinco humoristas argentinos

Emilio Marcelo Jozami
mjozami@elliberal.com.ar

“Chichilo” Viale, Carlos Sánchez, “Chiqui” Abecasis, Matías Santoiani y “Mono” Amuschástegui, cinco grandes del humor argentino, recorren el país (ya pasaron por Santiago el 5 de agosto) con la obra Dejame hablar, amor.
Monólogos, reflexiones y risas es la propuesta de este espectáculo donde “se respeta a la mujer”, tal como lo expresó a PURA VIDA “Chichilo” (segundo, desde la izquierda, en la foto) el gran humorista y actor cordobés. Con él hablamos de este stand up escrito y dirigido por Daniel Dátola.

¿Dejame hablar, amor es una respuesta machista al universo femenino?

En esta obra no se ataca a las mujeres, sino que contamos cómo son. Es más, ni queremos que cambien sino que queremos que sepan que son así. Esta pieza teatral está muy lejos de ser machista. Inclusive, las mujeres que han presenciado el show se ríen.

¿Se hablan de temas inherentes a la condición femenina a partir del humor?

Absolutamente, está todo basado en el humor y en la vida real. Todo está apoyado en hechos posibles y reales. Esto causa mucho más gracia que lo ilógico. Todo lo que contamos en Dejame hablar, amor son frutos de experiencias del autor.

¿Sólo proponen hacer reír, entretener o dejan una pizca de reflexión?

El objetivo número uno es que la gente se divierta y la pase muy bien. Si queda un espacio para reflexionar, está bien. De todos modos, no está hecha con este fin. Ahí sí sería machista. Está hecha para hacer humor y vivir unas horas de alegría.

El elenco que tiene Dejame hablar, amor, ¿garantiza la premisa de divertir?

Totalmente. Son todos cómicos. No te olvides que esto es un stand up: nadie hace su rutina sino que se ajusta a lo que está especificado en el guión. Que cada uno tenga su capacidad para hacer reír, facilita mucho las cosas para desarrollar la historia.

Pero, más allá del sostén que es el libreto, ¿hay margen para la improvisación?

suerte, sí. Sobre una columna vertebral que tiene el texto de cada uno, da lugar a la improvisación casi de manera permanente pero no desaforada, porque sino pasaríamos los límites fijados en cuanto al tiempo y a la estructura de la obra.

¿El humor sigue siendo un género menor en la Argentina?

No está bastardeado. Es un género muy importante. Nosotros, no hacemos teatro de Revista, un género privativo de los porteños. Con Dejame hablar, amor logramos que las mujeres se vean reflejadas y los hombres, agradecidos.

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