martes, 18 de agosto de 2009

Atahualpa Yupanqui y Tita Merello, sus grandes amigos

¿Cómo sobrellevó los días de silencio al que lo obligaron a estar entre 1976 y 1981?
Estuve prohibido en ese período. Digo que el ser humano tiene, feliz y naturalmente, la virtud de dejar de lado los momentos desgraciados. Eso es lo que yo hice. Los que se almacenan dulcemente en la memoria y en el alma son los instantes o los hechos que a uno le alegraron la vida. Soy muy agradecido a la vida, al destino y a Dios por todo lo obtenido en más de cincuenta años de carrera. He cosechado amigos y he compartido momentos memorables con grandes creadores me hicieron vibrar y emocionar.
En lo musical, Atahualpa Yupanqui, y en lo actoral Tita Merello. Con ellos ha tenido una gran amistad. ¿Sólo ellos han marcado a fuego su vida?
Hay muchas otras figuras. Atahualpa es el gran maestro, la figura símbolo de la provincianía. Así como Carlos Gardel es el artista porteño por excelencia lo mismo ocurre con Atahualpa. En tanto, Tita Merello ha sido la actriz dramática más importante del cine argentino. Además, Hugo del Carril, un artista que yo admiré desde niño y tuve la fortuna de ser su amigo. No puedo olvidarme de Eduardo Falú y Ariel Ramírez. Tampoco de cantores populares como Jorge Cafrune, Horacio Guarany, Hernán Figueroa Reyes, Los Fronterizos, Los Cantores del Alba, Los Chalchaleros, Los Huanca Hua, Los Quilla Huasi, Los Manseros Santiagueños, Los de Salta, Hilario Cuadros, Buenaventura Luna, Los Nombradores y Los Cantores de Salavina.
¿Qué folcloristas de la nueva trova lo hacen “vibrar y emocionar” cómo lo lograron Los Manseros, Los Cantores de Salavina y Yupanqui?
En todos los tiempos aparecen intérpretes que tienen repercusión. Siempre hay una canción que a uno lo emociona. Una cosa era lo que podías escuchar en la década del 50, el 60 y el 70. Después, en los últimos tiempos, uno puede dejar pasar el éxito del “Chaqueño” Palavecino, la aparición de Soledad Pastorutti y Los Nocheros. Ellos son un poco una síntesis, valiosa y hermosa, de lo que fueron Los Fronterizos, Los Chalchaleros y Los Cantores del Alba. Todo esto valoro muchísimo. Seguirán apareciendo otros, con otros estilos y enfoques, pero lo importante es que no muera género folclórico ni dejen de aparecer jóvenes con inquietudes.

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