viernes, 22 de mayo de 2009

Enrique Pinti aseguró que el “humor no derriba gobiernos”

Enrique Pinti es voz autorizada para opinar acerca de temas inherentes a la política argentina. Por años, sus monólogos han sido declaraciones de principio en torno a la actitud de la dirigencia argentina. Hoy, más que nunca, sus palabras se revitalizan.

¿El humor derriba gobierno?

“El humor no derriba gobiernos. Puede erosionar una imagen. Derribarlo es muy difícil porque eso lo hace la gente con su voto. Y la gente, con su voto, no siempre se basa en las parodias de las caricaturas. Cuando los gobernantes cometen errores muy graves y son muy acentuados, aunque tengan un aparato que los sostenga, el aparato se cae”.

¿Cuál fue el detonante que terminó, por ejemplo, a la dictadura militar?

“La metida de pata con las Malvinas, la mojada de oreja a Inglaterra y por elevación a EE.UU provocaron la caída de ese régimen. Ni siquiera fue el pueblo, porque tenía el voto prohibido. La metida de pata fue tan grande que ni el aparato ni la represión pudieron evitar la caída de la dictadura”.

¿Y la del peronismo en tiempo que peleaba la presidencia con Ricardo Alfonsín?

“La quema del ataúd de parte de Herminio Iglesias en pleno Obelisco, determinó que la gente se inclinará por Alfonsín. De la misma manera, el corralito terminó con la Alianza y Fernando de la Rúa huir despavorido en el helicóptero. Fueron las Malvinas, el ataúd y el corralito, de ninguna manera un chiste”.

¿Y cómo ve el futuro de los Kirchner?

“Probablemente, esta vez, le salga bien, entre comillas, en cuanto a que no perderá ciertos baluartes del tercer cordón del gran Buenos Aires donde el aparato si funciona. Cuando la pobreza se maneja con subsidios y prebendas hay voto asegurado pero, creo que pasarán raspando. Para el 2011 no le va a servir”.

¿Una caricatura puede erosionar la imagen de los políticos?

“Se puede erosionar. Recuerdo cuando el periodismo se puso a satirizar mal al Dr. Humberto Illia. El complot militar en contra de Illia no tenía nada que ver con las caricaturas. Esas caricaturas, donde se mostraba a Illia como un hombre lento, produjo indiferencia en el pueblo, ese pueblo que no salió a defender a ese presidente que no robó, que era honrado, no vivía en mansiones y que después de su salida forzada del gobierno no le pudieron comprobar el más mínimo negociado”.

¿El humor político es opositor por definición?

“Es muy cierto porque el humor oficialista no sirve. El humor oficialista, en todo caso, es el que le toma el pelo a la oposición. El humor político critica algo siempre y puede ser al gobierno o a la oposición o, como en mi caso, al gobierno y a la oposición”.

¿Por qué los políticos tiemblan ante el humor?

“Saben que no hay nada peor que la risa. La risa les autoriza, y lo que ellos tienen es autoridad o autoritarismo. Todos los gobiernos tuvieron esta característica. A lo único que no puede desafiar el autoritarismo es a la burla, porque la burla implica falta de respeto. Cuando el pueblo se empieza a burlar es imposible pararlo. La burla está motivada por sus actitudes erróneas. No importan las caricaturas si las acciones de gobierno son concretas, favorecen a la gente, la pobreza baja, el laburo sube y la moneda se mantiene fuerte. Son caricaturizados y se le falta el respeto por que la pobreza aumenta, por que no hay trabajo y falta seguridad. En vez de cuidar eso se preocupan de que nos los carguen”.

¿La televisión argentina carece de espacios de reflexión política?

“Hay algunos programas políticos pero no tienen rating. Se ve que la gente está podrida de escucharlos decir las mismas estupideces. Es por eso, que en esta temporada, se ha volcado al humor político a través de la caricatura. Es lo que hace Marcelo Tinelli y lo que CQC hizo siempre. El humor político se ha refugiado en esto”.

Gran Cuñado es promocionado como “la vuelta del humor político a la televisión”. Este slogan ¿es real o “una joda para VideoMatch”?

“Es una joda porque el humor político nunca se fue. Marcelo, con todo criterio, se mueve de acuerdo a su isla de poder y comunicación con el público. Entonces, es la vuelta del humor a ShowMatch y no es la vuelta del humor político a la televisión. Él tiene un mundo como en una época lo tuvo Adrián Suar y Alejandro Romay”.

¿Cómo hubiesen reaccionado Dringue Farías, Pepe Arias y Tato Bores en estos tiempos kirchneristas?

“Habría que pensarlo dentro de los contextos. Dringue y Pepe eran muy conservadores. Se hubieran molestado mucho por el manejo del campo. Tato hubiera estado en contra pero desde otro lugar. Hoy rescato el resurgimiento de los monologuistas. Así como los mencionados, más Parravicini, Antonio Gasalla, Carlos Perciavalle, Edda Díaz, Gabriela Acher, Cecilia Rossetto y yo, gracias a Dios están apareciendo otros, y cada uno con sus características. El género no morirá”.

En épocas del menemismo, la política se farandulizó y la farándula se polítizó. ¿Permanece esta tendencia o sigue siendo patrimonio de Carlos Menem?

“Llegó para quedarse. Siempre se echa mano a las figuras artísticas que pueden dar un poco de confianza y cierta imagen de pureza. De todos modos, a veces, se producen cosas buenas como es el subsidio para la Casa del Teatro, institución que está en condiciones muy endebles desde lo económico. La Presidenta lo hizo a instancias de Nacha Guevara. Este gesto tiene intencionalidad política clara, pero lo que importa es que esa gente que está en la Casa del Teatro viva muy bien”.


Jurado en Comedias Musicales

Marcelo Tinelli convocó a Pinti para que presidiera el jurado de Comedias Musicales, segmento que estará en ShowMatch a mediado de este año. “Si tuviera tiempo, sí, y si me asegura que no va a ser un kilombo. Si es para una evaluación de talentos, acepto encantado. A mi me gusta trabajar para Ideas del Sur”, le dijo a PURA VIDA.

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