miércoles, 17 de febrero de 2010

Ser padre, una alegría infinita

Por muy larga que sea la tormenta, el sol vuelve a brillar por sobre las nubes. Y Facundo Arana sabe que en su existencia la luz divina siempre lo ha rodeado. Sabe que en el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y que detrás de cada noche, viene una aurora sonriente. Es que la vida le sonríe y el está inmensamente feliz.

La llegada de India (un año y medio), primero, y después el nacimiento de los mellizos Yaco y Moro (de tres meses de vida) han potenciado su alegría, sus ganas de vivir. Sus hijos son el espejo donde se refleja, por los cuales vive y por quienes está dispuesto a entregar su propia vida. Como se dice, la paternidad le sienta bien y él no lo oculta. Así lo demostró ante PURA VIDA.

Facundo, el poeta y ensayista libanés, Khalil Gibrán Khalil, cuando habla de los hijos dice: “Vuestros hijos no son vuestros hijos; son los hijos y las hijas de las ansias de vida que siente la misma vida…”

A mis hijos los voy a cuidar porque son míos, los educaré en el respeto a los mayores, en amar a la vida, tal como me lo enseñó mi padre. Con María, que es una gran madre, educamos a nuestros niños con la sabiduría de los mayores y la experiencia que uno va adquiriendo a diario. Somos una familia súper feliz y muy unida. Estar juntos es un sueño hecho realidad. Con María estamos enloquecidos de alegría. Gibrán, cuando habla de la niñez, también dice:”Protegedme de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños”. Amamos a nuestros hijos, vivimos por ellos y estoy dispuesto a todo por brindarle un mundo mejor.

¿Cómo repartes tu tiempo para estar junto a tus seres queridos?

En Mar del Plata vamos a estar con Scarpino de miércoles a domingo. En vez de quedarme aquí decidí volver a mi casa en Buenos Aires para estar con María y los chicos. Mi prioridad son ellos. Scarpino se quedará en Mar del Plata y hará reemplazos, cuando se lo requieran, de Marcelo De Bellis (Rumores).

¿Escalar cerros, practicar deportes náuticos y surf son metáforas de tu propia existencia?

Está relacionado con la vida que caminamos, trepamos, escalamos. Siempre para adelante, nunca un paso atrás ni para tomar el envión, porque podemos caer. La vida es un permanente riesgo y para afrontarlos debemos saber donde estamos parados y hacia donde vamos. Debo decir que en esas acciones arriesgadas hay miedo, pero tengo la convicción de que en la vida hay que apostar a los sueños, a lo que uno cree. Tuve miedo cuando escalé el cerro Aconcagua pero también tuve el paraíso ante mis ojos.

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