viernes, 19 de febrero de 2010

Moria Casán, una Bruja con Alegría ortomolecular

Por Emilio Marcelo Jozami
mjozami@elliberal.com.ar
(Enviado especial de EL LIBERAL a Mar del Plata)

Moria Casán se reinventa permanentemente. Su figura está casi omnipresente en el teatro, la televisión y el cine. Es así como hoy trabaja como actriz, en Brujas (Mar de Plata); regresará a la televisión como conductora de Si queres reír, reí (América) y estrena su rol de productora con la revista Alegría ortomolecular (Carlos Paz).La vedette revela su histrionismo en Brujas, la obra donde comparte escenario con Thelma Biral, Graciela Duffau, Leonor Benedetto y Nora Cárpena. Dirigidas por Luis Agustoni, estas cinco mujeres reestrenaron en el Teatro Corrientes (Mar del Plata).La reina de los talks show en la Argentina concedió, generosamente, unos minutos a PURA VIDA después de la función del clásico que regresó a La Feliz, dirigido por Luis Agustoni, a veinte años de su estreno en La Capital del Espectáculo.

“Sabían que algún día iban a volver…”, es el slogan de este retorno. ¿Qué las llevó a reencontrarse?

Siempre lo digo: Brujas es como una especie de helicóptero que está sobre nosotros provocándonos una carga emotiva. Esta obra es un fenómeno que hace tiempo no se daba en el teatro argentino. Además, y fundamentalmente, es una bisagra en nuestras carreras. Esta nueva versión está potente, contundente y arrasador…

…además un texto reactualizado, que tangencialmente toca temas de la actualidad política y social de la Argentina y con actuaciones incuestionables…

Tal cual, porque no se quería que esta nueva versión tenga un fuerte olor a naftalina. No, nada de eso. Brujas no solo es un comedia potente y revitalizada sino que es una obra que habla del lado oscuro de los seres humanos, de actitudes, de comportamientos deleznables y de cómo las mujeres deben enfrentar, con fiereza o con debilidades, los preconceptos de una sociedad que te empuja y exige cosas. A la gente le encantará, como ocurre desde hace veinte años.

Dicen que todo clásico no pierde vigencia, tanto por su temática como por su mensaje…

Brujas es un clásico, una marca registrada como ninguna otra obra teatral en la Argentina. Lo vio la abuela, la hija y ahora las adolescentes. Es una comedia que tiene mucha intensidad y moviliza tanto a las mujeres como a los hombres. Con este regreso quería agasajar a una pieza que fue una bisagra en la vida de todas las que la hicimos.

¿Por dónde pasa esa intensidad?

La cuerda dramática que se toca es distinta. Yo por ejemplo antes hacía unos monólogos en los que difícilmente me quebraba y ahora difícilmente no me quiebre. Viví tantas cosas durante los diez años que la hice: la aceptación inmediata del público y la prensa, el crecimiento de mi hija, y la pérdida de mi madre y de Mario, el padre de Sofía.

¿Moria es trasgresora, vanguardista o mediática?

Me considero una mujer libre. No soy una mujer con rótulos. A los rótulos los pone la sociedad. Lo que nunca negocié fue mi libertad. Es por eso que soy una mujer que celebra y disfruta. Por eso es que cada empiezo de nuevo. Adoro mi condición femenina. No soy feminista. Todo lo demás puede pasarse por un tamiz que no sea ni tan riguroso ni tan conflictuado.

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