sábado, 13 de junio de 2009

Up: vivir y respetar

Emilio Marcelo Jozami
mjozami@elliberal.com.ar

UP es bella e intensa. Es un filme que emociona, moviliza y provoca sensaciones indescriptibles en el espectador. Es una producción donde el optimismo se impone más allá de las adversidades por las que atraviesa el protagonista. Es una oda a la vida, a la necesidad de mantener unida a la familia como núcleo básico de una sociedad. Es una película que reivindica los sueños, el amor, la lealtad y, fundamentalmente, es un mensaje directo al corazón de aquellos seres insensibles que no prestan atención a los niños y a los ancianos. Es un llamado urgente a recuperar la confianza en sí mismo y a saber que en la vida, por más negativa que esta se presente, no hay que bajar los brazos. UP nos enseña que nada es imposible en la vida. Nos revela que, al margen de los desatinos, no todo está perdido en el planeta. La historia del anciano protagonista y del niño explorador es la historia de cualquier mortal, es el espejo que nos refleja y que nos devuelve un pedido a grito: respetar a los ancianos y a los niños. Es, también, un reconocimiento al espíritu de la aventura y un tributo a los grandes aventureros del cine de Hollywood. Nos propone hacer lo que nos dicta el corazón y las convicciones, a hacer lo que uno siente. Es un filme que habla de valores y sentimientos profundos que hoy están devaluados. Tiene mensaje ecologista y mucha humanidad. Su título (arriba, en inglés) es una resignificación acerca de que siempre tenemos que estar con los ánimos arriba, con el espíritu en alto y, como dice la línea central de esta película estrenada en los cines de Santiago, dispuestos a saber que “la aventura nos aguarda”. Tiene la magia de Disney y la tecnología de vanguardia de Pixar.

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