El personaje de Wolverine apareció en las historietas años después que muchos de sus hermanos X-Men, siendo la primera vez en 1974 (como una creación del escritor Len Wein y el director de arte John Romita Sr.), antes de haberse convertido en miembro integral de Los X-Men y de haber encabezado su propia serie de tiras cómicas.
El impacto del personaje en la cultura popular ha sido profundo; solamente el año pasado, Wolverine fue catalogado Nº 1 en la lista de los “200 Personajes Principales de Cómics de Todos los Tiempos”, por la revista Wizard, y Nº 4 en la lista de los “50 Personajes de Cómics Más Grandes de Todos los Tiempos”, por la revista Empire.
La primera película de los X-Men, con el en aquel entonces recién llegado a Hollywood Hugh Jackman en el importante papel de Wolverine, fue estrenada en el 2000 ante grandes elogios de la crítica y del público, además de haber consolidado la adaptación de los cómics al cine. “X2”, estrenada en el 2003, y “X-Men: The Last Stand”, que salió en el 2006, también alcanzaron un gran éxito. Para el 2009, más del 70 por ciento de los cinéfilos estadounidenses habían visto al menos una de las películas de los X-Men.
“Los personajes siempre han sido parte de la esencia de los cómics y de las películas de X-Men. La gente se vincula e identifica con ellos”, destaco Hackman.
De hecho, cuando las leyendas del cómic Stan Lee y Jack Kirby crearon a los X-Men hace más de 40 años, crearon personajes e historias con drama y conflicto. Los X-Men eran un grupo atípico de héroes —a ratos sarcástico, antisocial o claramente imperfecto—, pero compasivos cuando luchaban contra los demonios de sus vidas o cuando se enfrentaban a poderosos villanos en su universo de poderes especiales.
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