Por: Emilio Marcelo Jozami
Abel Pintos está convencido que cuando termine de definirse como persona terminará de definir su estilo musical. De todos modos, no se conforma con interpretar temas de autores conocidos sino que continúa en la búsqueda de canciones que lo identifiquen.
El cantautor, en entrevista exclusiva con PURA VIDA, habló acerca de sus sentimientos, de haber sufrido por amor y adelantó lo que se viene para su segundo disco que estará en las bateas a fines de mayo o principios de mayo.
¿Qué representa para vos interpretar Juan Alonso, el hornero, de Jacinto Piedra?
Se juntan muchas cosas como en todo este tiempo que he estado viniendo a Santiago. En mi segundo disco grabé Te voy a contar un sueño, del querido Jacinto. Si bien no hace mucho que grabé esa canción fue recién hace poco que descubrí toda la obra de Jacinto. Sin embargo, a Juan Alonso, el hornero no la había escuchado nunca. Es un placer poder interpretar a Jacinto que era un artista rico en la poesía y en la melodía.
¿Cómo escogiste a este tema de una gran riqueza poética y musical?
Cuando llegué al estudio de mis amigos Manuel Orellana y Rodolfo Lucca, ellos me mostraron otras canciones de Jacinto y temas de su autoría. Me ofrecieron varias opciones. Yo, sin saber que era de Jacinto, elegí a Juan Alonso. Cantar a Jacinto, con un dúo santiagueño que tiene una influencia marcada de Piedra, termina generándome una energía particular y una gran emoción. Jacinto marca a toda una generación joven.
Tu creación está marcada por un sentido de la espiritualidad. Jacinto también transmitía esto en sus composiciones…
Mi espiritualidad tiene que ver con una búsqueda propia pero que, como todos en nuestras acciones, es fruto de un conjunto de influencias que me llegaron en mis distintas etapas de la vida. Jacinto y Carlos “Peteco” Carabajal me marcaron el camino de una manera increíble. No en vano interpreto su repertorio. Me pone muy feliz poder unir la música, que tanta plenitud me genera, con todo lo que uno es más allá del ser.
¿Ese estado de plenitud y tu compromiso militante como artista te llevó a contribuir con el Dúo Orellana Lucca en el show benéfico del 25 de Mayo?
Este acto solidario y de amor responde y condice a una realidad que es la que los chicos, además de ser grandes músicos, tienen un sentido de comunidad y de compartir. Para mí, haber participado de esta cruzada para un comedor de Santiago tiene una gran importancia personal más que profesional. Si bien con los chicos nos conocemos de hace tiempo, recién desde hace dos años que nutrimos esta amistad.
¿Buscas crecer a partir de referentes o te proyectas con tu propia potencialidad?
Adoro, respeto y llevo conmigo el repertorio que existe y no pretendo alcanzarlo porque no creo que uno deba crecer con referentes sino buscar su propia potencialidad. No creo que pueda escribir una canción con la actitud de Jacinto Piedra, pero si tengo la fe de generarlas con mi propia actitud y que el día de mañana puedan ser clásicos como lo son para mí las canciones de Jacinto, Sixto y Peteco, Fortunato Juárez o Daniel Toro.
Un muchacho que sufrió por amor
¿La Llave te consolidó como compositor y ratificó como artista popular?
Con La Llave logré consolidar una idea. Todavía soy muy joven y necesito seguir descubriendo más cosas. Un estilo se genera con el correr de los años y con muchos aciertos. No puedo generar un estilo dentro de la música si en mi vida hay cosas que no están definidas. Mientras tanto, sigo en el camino del descubrimiento para ofrecer cosas nuevas. Todos estos dilemas están planteados en el nuevo disco que saldrá en mayo.
Con La Llave alcanzaste un enorme éxito. ¿El nuevo CD es una continuación?
Más allá del suceso de La Llave no es La Llave 2. Podría haberlo hecho, ganar plata fácilmente y asegurarme una gira nacional. No lo hice porque tengo esta inquietud de ir descubriendo algo nuevo. Es un disco donde sigo siendo reconocible pero, al margen de ello, quiero plantear nuevas cosas. A partir de esta nueva placa discográfica creo que voy a comenzar a generar mi propio estilo, que pretende ser único.
¿En qué canciones está cristalizado el resultado de esa búsqueda?
La característica de este nuevo disco es que todas las canciones son de mi autoría. Además, es la primera vez que escribo varias canciones cuyas historias no tienen que ver con mi propia vida. Están basadas en historias ajenas o creadas por mi imaginación. A través de las pocas canciones que hablan de mí comencé a decirle no a un montón de cosas que no quiero y decirle sí a las cosas que idealizo y pretende para mi vida.
¿Cuáles son esas negaciones y aceptaciones a las que haces referencia?
En Flores en el río, en apariencia, pareciera estar diciendo que ya no quiero sufrir por el amor de una persona cuando en realidad expreso que ya no me siento víctima de los momentos malos de la vida. En realidad, expreso también que no me quedo con eso sino que quiero más, que quiero seguir descubriendo cosas, realizándome. Todas las canciones, por más tristes que sean sus historias, tienen su salida de emergencia.
¿Sufriste por amor?
Claro que sufrí. En realidad, yo prefiero pensar que uno sufre porque no entiende acerca de cosas relacionadas con el amor. Nosotros somos amor puro y fuimos creados con amor puro. Ese amor puro que nos creo y nos forma no puede lastimarnos. De todos modos, uno tiene que seguir luchando. Mi mensaje es que uno, tanto cuando está bien o mal, puede comenzar nuevas etapas, a abrir puertas así sean estas de emergencia.
¿Qué puertas de emergencia tuviste que abrir en tu vida?
En este momento, ninguna. Esto se debe a qué todo el material producido para este disco nuevo es la luz de haber abierto muchas puertas de emergencias. Este nuevo disco será ecléctico. Por lo tanto, compuse canciones de forma tradicional y no tradicional. Hoy, más que nunca, digo que soy un músico folclórico no de los más tradicionales. Más bien soy un músico folclórico intentando generar nuevas tradiciones.
Un creador que apuesta, con sus propios temas, a generar nuevas tradiciones…
Exactamente. Es que los jóvenes debemos, tenemos y necesitamos conocer cada una de las tradiciones existentes, respetarlas y mantenerlas en el tiempo. Pero, de la misma manera, debemos, tenemos y necesitamos generar las tradiciones de nuestra propia generación para que el día de mañana sean respetadas por otras generaciones que vengan a generar nuevas cosas también.
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