Los personajes al límite, como el Octavio Linares Calvo que interpreta en la novela de Pablo Echarri, son tan o menos parecidos a quien lo protagoniza: Ludovico Di Santo. El actor, abrió su alma, su cuerpo y su espíritu para un diálogo íntimo y profundo.
Por Emilio Marcelo Jozami
mjozami@elliberal.com.ar
Ludovico Di Santo fue galán adolescente en Frecuencia 04, pareja gay de Walter Quiroz en El tiempo no para, en El Capo fue un mujeriego que seducía a mujeres bien y ahora es Octavio Linares Calvo, ese abogado lujurioso y adicto a la cocaína que se destaca por peso propio en El Elegido, la telenovela que emite Canal 7 Santiago del Estero.
Sencillo, optimista y eterno enamoradizo, como el se define, este talentoso actor concedió una entrevista exclusiva a PURA VIDA. De su pasado depresivo hasta su presente de gloria con un futuro de trabajo sostenido, fueron los temas desarrollados en una larga charla con este joven nacido en Lincoln (Buenos Aires) al que le cuesta denominarse galán.
¿Qué te aporta ponerte en la piel de personas inseguras, contradictorias, que viven al límite como es el caso de tu Octavio Linares Calvo, de El Elegido?
Me aporta desde el momento en que es un trabajo y disfruto de hacerlo. Este personaje me divierte. Entra en permanentes contradicciones, como todas las personas, y eso es lo más rico que tiene. Es muy seductor bucear en la contradicción y las inseguridades de ese tipo de personas. Te permite conocer lugares del ser humano a lo que uno no va porque no se lo permite o porque le son ajenos. Yo disfruto hacerlo y me comprometo con ellos.
¿Es con el physique du rol que das para hacer estos personajes o es un encasillamiento en el que te pusieron los productores que te convocan?
Estoy dispuesto a aceptar cualquier rol que me resulte atractivo. Generalmente, los roles atractivos son los que más conflictos tienen, los que más contradicciones poseen y los que menos lineales son. Como espectador me gusta lo mismo. Los personajes que tienen más matices son los más atractivos. Eso es lo que, generalmente, uno busca cuando labura. El malo, malo, malo tiene un costado tierno y bueno. A veces, los personajes lo eligen a uno.
¿Octavio Linares Calvo te eligió o vos lo buscaste por los matices que tiene?
Los personajes son momentos de la vida que le llegan a uno, y por algo llegan en ese sentido. Me vinieron con la propuesta de hacer este personaje y me encantó. En parte los elijo y un poco es lo que me toca en suerte. Son personajes más divertidos e interesantes para hacer que el del típico héroe. Octavio Linares Calvo es el típico antihéroe, pero es inmensamente humano, lleno de valores y con códigos muy fuertes.
¿Octavio Linares Calvo te permite lucirte como actor y demostrar más?
Siempre y cuando haya un buen personaje y una buena historia para contar, te permite lucirte como actor. Un personaje es conocerse un poco uno y buscarse en uno y ver que saco de mí para este personaje. Ahí es donde uno empieza a buscar y a encontrar cosas que no sean literalmente iguales. Los problemas del personaje no son mis problemas pero yo tengo problemas. Entonces, cuando el personaje desea algo por ahí yo deseo otra cosa.
A propósito de lo que dices, ¿qué rescatas del Jagger de Frecuencia 4 y de Teo Carrasco de Alguien que me quiera, entre otros personajes?
De Teo, sin dudas, su relación con su madre. Haber trabajado con Susú (por Pecoraro) fue algo maravilloso. Fue uno de los grandes gustos que tuve. En cuanto a Jagger, en algún lugar es como mi primer gran amor. Es el personaje que más quiero, es al que más amor le tengo, es como mi adolescente perdido, con muchos miedos, muchos errores, con muchas contradicciones. Jagger me hizo crecer.
Mónica Antonópulos me decía que El Elegido critica el cinismo y la hipocresía de una sociedad.
Si partimos de que es una ficción y todo está magnificado, El Elegido es una muestra de cómo somos. Si bien hay personas que son muy h… de p… y otras que son buena gente, hay que buscar la manera de que todo sea interesante para ver. En mayor o menor medida, creo que todos somos culpables de los pecados capitales. Todos somos pecadores desde el momento en que nacemos. Desde ese lugar, El Elegido retrata eso.
También posibilita la reflexión, entre otros temas, acerca de si el ser humano es
esencialmente bueno y las razones de sus cambios de actitudes en la vida.
Es una temática para sentarse largo a conversar y determinar, como lo intentaron grandes pensadores del mundo, si el hombre nace bueno o malo y la sociedad los corrompe y lo lleva por determinados caminos. Igual, El Elegido es un retrato de eso, de la bondad y de la maldad en general que pueden llegar a tener los hombres. Podemos ser cínicos pero también hay muy buena gente y personas que al final se redime.
Lito Cruz me decía que su Oscar Nevares Sosa es un instrumento del mal mientras que Andrés Bilbao (Pablo Echarri) es el del bien.
Lo que me resulta atractivo del personaje de Andrés es que tampoco es tan bueno. Es bueno porque su fin es bueno, pero es medio maquiavélica la situación. ¿El fin justifica los medios o no? Hay una escena donde yo digo:”Por qué para hacer el bien hay que recurrir al mal”. Eso es como la síntesis: ¿cómo se hace? ¿hasta cuándo se negocia? De eso se trata, de ver hasta donde uno negocia en su afán para conseguir uno lo que quiere.
¿Por qué elegiste a la actuación como una carrera?
La depresión. Yo estaba muy deprimido en una época. No sabía que hacer de mi vida. Entonces, empecé a estudiar teatro y me di cuenta de que era eso lo que quería hacer. Es lo que me hizo sentir mejor. Es lo que le dio un sentido a mi vida. De estar deprimido y sin saber que hacer ni que desear pasé a desear muchas cosas. Fue un paso importante el que di en mi vida. Con la actuación arriesgo y pruebo y siempre gano.
¿Llegaste a la actuación por esa búsqueda misma de superación personal o por qué alguien te lo indicó?
Fue por esa búsqueda incesante para superar mi depresión. Nadie me dijo que apueste a eso. En esos momentos en que yo me sentía profundamente deprimido, lo único que me gustaba hacer era ir al cine. Era el único momento donde yo encontraba calma. Cuando se apagaban las luces yo decía:”¡Uffff! son dos horas donde no voy a pensar en nada”. A través de la actuación exorcicé demonios, me liberé de presiones y hoy vivo intensamente.
¿Esa rebeldía que se destacan en tus personajes es transferencia de tu propia vida?
¿Sabés que no? Parezco muy rebelde pero no lo soy. Supongo que utilizo a los personajes para poder rebelarme. En algún lado hay que hacerlo. Estoy sublimando.
Estrenará la obra Esa no fue la intención
Con David Nevares Sosa
hará teatro en septiembre
En septiembre, en un teatro porteño, Ludovico Di Santo estrenará Esa no fue la intención (2º parte). Dirigido por Joaquín Bonet (autor de la pieza), Di Santo tendrá como compañeros a Luciano Cáceres (David Nevares Sosa, en El Elegido), a Lautaro Delgado (fiscal Guerrieri, en El Elegido), Adriana Pregliasco, Leonardo Saggese y Sergio Surraco.
¿Puedes adelantarnos la trama de Esa no fue la intención?
Esta obra subirá a escena en el marco del Festival Internacional de Teatro.
La historia está centrada en el reencuentro de cuatro amigos para celebrar el casamiento de uno de ellos. La vida de cada uno vista a través de sus encuentros. Su forma de relacionarse y de entender el mundo en el que viven. Las mujeres, el trabajo, las aspiraciones, los estudios, los padres, se mezclan en sus encuentros nocturnos en un ritmo frenético.
¿La estrenan únicamente para competir en el Festival Internacional de Teatro?
Esta hecha porque los chicos tenían ganas de a laburar todos juntos. Después de haberla hecho hace diez años y con gran éxito, decidieron regresar y con un personaje nuevo, al cual me lo asignaron. Surgió que nos presentamos para el festival internacional y nos aceptaron. Es una gran obra. Tiene una historia muy humana. La amistad es el eje de esta trama cautivante que escribió Joaquín Bonet.
Se sostiene que el teatro da prestigio y la TV masividad. ¿Cuál es tu punto de vista?
En el pasado era así. Yo ya no creo que esto sea así. Si creo que la tele te da popularidad pero también hay cosas en la tele que son muy prestigiosas. El Elegido es un gran programa. En el teatro también hay cosas muy buenas y muy malas. Ahora está todo muy mezclado. No creo que hoy sea tan tajante esa división.
¿Qué valor tiene para vos haber interpretado a Pato en Vidas Robadas, una tira dónde se desarrolló una temática que la sociedad suele ocultar: la trata de personas?
Tiene un valor importante. Fue muy enriquecedor trabajar con esos actores (Facundo Arana, Mónica Antonópulos, Soledad Silveyra y Jorge Marrale, entre otros) y contar esa historia. Como también fue tan importante laburar en ésta (por El Elegido) con estos actores (Pablo Echarri, Paola Krum y Leticia Brédice) y contar estas cosas relacionadas con el poder, los pecados capitales y entrecruzar la realidad con la ficción.
PARA TENER
EN CUENTA
“No me
MUEEEERO
por hacer
teatro clásico”
¿Cuáles son los temas que te desvelan y que plasmarías si tuvieses que escribirlos?
El amor, el deseo, la muerte y la creación. Estos son los temas que conmueven al ser humano. Me gustaría escribir algo sobre ciencia ficción. No sé si los autores clásicos del teatro me vuelven loco. Generalmente, me gustan más las cosas modernas.
¿Esa no fue la intención se enmarca en lo vanguardista y no en lo clásico del teatro?
Si te gusta el teatro, es imposible que lo clásico no te guste pero, tampoco me MUEEEERO, así con mayúscula, por hacer esa clase de teatro.
Laboralmente, ¿cómo cierras el año 2011?
Por ahora, El Elegido (en TV) y Esa no fue la intención (teatro). Hay un par de cosas dando vueltas pero todavía nada definitivo. Estamos a mitad de año y las cosas están avanzando mucho. Ya se empieza a hablar para el año que viene y todavía no hay nada cerrado. Hay propuestas para hacer más teatro, televisión y está dando vueltas una película también.