Antes de realizar sus dos shows en el teatro 25 de Mayo, la cantante española concedió, en Salta, una entrevista exclusiva a EL LIBERAL. Continúa la venta de entrada para el concierto de la artista de Islas Canarias que presentará ¡Buenos días, mundo! La profundidad de una compositora comprometida con su tiempo.
Por Emilio Marcelo Jozami
mjozami@elliberal.com.ar
Fotos: David Alejandro Jozami
davidjozami674@gmail.com
No canta ni compone por oficio. Lo hace a partir de las pulsaciones de su corazón y de lo que observa de la realidad cotidiana. Expresa, en sus temas, “lo que estoy pasando. Y todas las canciones que llevan mi firma, para bien o para mal tienen que ver conmigo”.
Quien sostiene esto es Rosana Arbelo Gopar, Rosana, la cantante española (nació el 24 de octubre de 1964 en Islas Canarias) que este sábado 17, a las 20 y luego a las 22, presentará su novel disco ¡Buenos días, mundo! en el teatro 25 de Mayo.
La artista, quien en 1996 sedujo al mundo con su tema A fuego lento, habló en exclusiva con EL LIBERAL minutos antes de realizar una conferencia de prensa regional, en Salta, para promocionar sus shows en Santiago, Jujuy y Tucumán.
A Santiago del Estero vas por primera vez y realizarás doble función. ¿Qué sensaciones te genera esta acogida de los santiagueños?
Estoy totalmente feliz. Vivo un momento de plenitud con este hecho de hacer dos funciones en tu provincia. Estoy contenta de ir, primero, por primera vez y, luego y fundamental, que la gente abra sus brazos y sus corazones en forma tan enorme para escucharte en vivo. Uno es consciente de que las canciones llegan antes que uno a los sitios. Esto me colma y me anima a seguir el camino que inicié desde el mismo momento en que mi padre me regaló un pianito cuando yo tenía 3 años y una guitarra al cumplir mis 5 años de edad. Todo es maravilloso lo que tengo a través de la música, como el cariño mismo de los santiagueños, a quiénes agradezco su calidez y acogida.
Así como los santiagueños miman tu alma, también lo hicieron los santiaguinos de Viña del Mar, en Chile. ¿Es por la fuerza de la luz que emanan tus canciones?
Es algo muy especial lo que me pasan, primero, con tus comprovincianos y, luego, con el monstruo (eufemismo que se utiliza en ese festival para denominar al público) de Viña del Mar. Es algo muy especial lo que me pasa en la Quinta Vergara cada vez que actúo. Esa particularidad se da con la conexión que tengo que los espectadores. Es maravillosa esa comunicación que se logra. Creo que mis canciones, que hablan del amor y la esperanza de vivir en mundo optimista y mejor, contribuyen a esa afinidad entre los santiagueños y los santiaguinos.
¿Cuáles son las batallas que hoy tiene que librar la humanidad para lograr un mundo en paz?
Habría que empezar por recuperar los valores y los principios del ser humano, aquello que sirviera dar la mano, aquello de no tener que necesitar de un contrato y estar pendiente de aquello “debes tener cuidado con la letra pequeña”. Mi aspiración es que los valores y principios vuelvan a estar en alza. Nada mejor que esto para ennoblecer más aún a la condición humana. Todo esto, siempre, es un desafío para la humanidad. Y yo me siento reconfortada de sólo saber que con mis canciones hago mi pequeño aporte para que esto suceda. Y creo que la gente recoge esto y lo acepta con su corazón.
En ¡Buenos días, mundo! Te formulas varios interrogantes, pero hay uno que quisiera repreguntártelo: ¿Quién le pone a la verdad fecha de caducidad?”
Nadie puede ponerle fecha de vencimiento a la verdad. Por eso, a veces, uno apela al tiempo para que la verdad perdure. Por eso es que debemos confiar en el ser humano, en que es un ser capaz de volver a desoxidar este mundo frágil y contaminado en que vivimos. Esto es lo que destaca a mi disco, un CD que está compuesta con once canciones de tinte optimista, donde calco muchos puntos de vista de la realidad que yo veo. Es un álbum que invita e incita a rescatar los valores y principios, como también a tirar hacia adelante y en positivo y conseguir cosas buenas.
“Volví a dejarme soñar, volví sin miedo y sin dudar”, afirmas en Todo es pensar. ¿Cuáles son esos sueños, temores y dudas que hoy enfrentas?
¡Hombre! Más que temores y dudas, en lo personal, es la reconfirmación con uno mismo. Cada día, al final, uno sueña pero, muchas veces, las prisas que tenemos en la vida hacen que vayamos dejando los sueños para después a un costado para ir cambiando cosas importantes por cosas urgentes. Vamos, en la vida, haciendo cada trueque extraños. Por eso es que, a cada segundo, debe uno reafirmarse en uno mismo y seguir creyendo que los sueños son posibles de concretar. Como dice Todo es pensar “a imposible le sobran dos letras”. Todo es posible en la vida.
“Voy eligiendo mi rumbo segundo a segundo”, revelas en Tu cruz por la cara. ¿Cuál es ese rumbo que has elegido en esta etapa de tu vida?
El rumbo es el mismo desde que nací hasta que me vaya, el que me dicta la “papa roja” (se toca el corazón). No conozco otro rumbo ni conozco otro lugar que no sea el que me va dictando el corazón. Por eso, la canción, dice “segundo a segundo”.
¿El corazón no se equivoca cuándo se tienen que tomar decisiones que lo hagan sentar la cabeza a uno?
El corazón es la brújula más perfecta. Lo que él dicta son cosas que te van a hacer muy bien. Mi planteamiento es hacer algo que me emocione, y si además gusta ¡fantástico! yo no voy a decir ‘no, a mí vender 15 millones no me pone’, ¡claro que me pone! Pero haciendo las cosas como las hago, no planteándome hacer una canción para convencer a alguien. Yo siempre dije, y lo mantendré eternamente, que el día que haga una canción por oficio será el día de retirarme, cuando me vea haciendo una canción de esa forma, que no sienta que me está doliendo por dentro lo que escribo, me dedicaré a otra cosa.
¿Vale la pena hacer una revolución interior para alcanzar la claridad mental, espiritual?
¡Hombre!, claro que lo vale. Es necesaria en estos tiempos para encontrarse con uno mismo y soñar eternamente de que es posible de hacer un mundo justo para todos. Por más utópico que resulte, no hay nada más bello que construir un mundo de esta perspectiva. Con mis canciones hago esa revolución interior para encontrarme conmigo mismo, primero, y después proponer que las pequeñas cosas que van pasando durante el día sirvan para edificar un mundo donde prime la paz, la armonía y la defensa de los grandes valores. Quiero que el mundo sueñe despierto para hacer un mundo nuevo y mejor.
Vos lo afirmas en Mi trozo de cielo, pero yo te lo pregunto: ¿Nadie tiene seguro de vida que cubra los sueños?
No, no lo hay. No hay nada, en ninguna de las maneras que se pueda cubrir los sueños. Lo que sí se debe tener son altas dosis de sueños que no se deben abandonar. Esa es mi filosofía. Mi trozo de cielo es un tema puente que unifica un poco lo que he hecho hasta ahora con este disco, es el tema que está a medio camino entre lo que ha pasado con mi música, desde Lunas rotas hasta A las buenas y a las malas. Mi trozo de cielo es una canción llena de esperanza que habla de lo que vive el mundo actualmente.
Imagino el placer que debes haber sentido cuando Quentin Tarantino eligió tus temas para su filme Curdled, donde él fue el productor de esa película.
Un inmenso placer que el gran director cinematográfico se haya fijado en Lunas Rotas y El Talisman. Así como Tarantino he tenido el honor de que grandes músicos de mi patria hayan cantado mis composiciones, como también de haber colaborado con cientos de artistas nacionales e internacionales de los cuales he aprendido mucho.
Tus fans dicen que sos “La Sabina de las intérpretes”
Esas son palabras mayores. Para ser como Sabina primero hay que ser Sabina y eso es imposible. Aparte, para llegar a un escalón de los muchos que ha llegado este señor, hay que dedicarle todavía más tiempo. Me temo que me voy a morir con las ganas. Lo que sí intento es estar al menos a la altura de mi responsabilidad. Soy una persona que hace canciones y tiene la suerte de que haya quien lo sienta como poemas.
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