viernes, 10 de julio de 2009

Ivanna en una escena de la consagratoria ópera de Verdi.
Junto a Rigoletto (1.851) e IL Trovatore (1.853), La Traviata conforma una terna de óperas que terminaron de consagrar a Giusseppe Verdi tras muchos años en los que los encargos de las distintos teatros habían hecho sufrir el talento del compositor de Le Roncole di Busseto. Los "anni di galera" como él los nombró habían acabado y ahora sus óperas podían ser más elaboradas y eso se empezó a notar en Rigoletto. Sólo había que esperar dos años para que "La Traviata" se estrenase en el mismo lugar, donde había cosechado el gran éxito de Rigoletto...pero no resultó así.
La Traviata resultó ser un fracaso, por cierto, esperado para el compositor que, desde el primer momento, mantuvo dudas sobre el elenco escogido por la dirección del Teatro de la Fenice en Venecia. Un año después volvió a la ciudad, pero a otro teatro de la ciudad, el San Benedetto, y ahí es donde llegó el verdadero triunfo de esta ópera emblemática.
Acto I. En casa de Violeta
Violeta Valery, una afamada cortesana, da una fiesta en su mansión en París. Uno de los últimos en llegar a la fiesta es Gastón. Gastón llega acompañado de su amigo Alfredo Germont, que hacía tiempo que deseaba conocer a Violeta. Alfredo, una vez presentados, le expresa su preocupación por su delicada salud, y luego le declara su amor. Violeta lo rechaza, pero le regala una camelia, diciéndole que regrese cuando la flor se haya marchitado. Después de que los invitados se han marchado, Violeta analiza la posibilidad de una relación con amor verdadero, pero finalmente desecha la idea. Ella necesita ser libre para vivir su vida, día y noche, de un placer a otro.
Acto II. Escena I En una casa de campo.
Pocos meses después, Alfredo y Violeta llevan una existencia tranquila en una casa de campo, en las afueras de París -parece que Violeta se ha enamorado de Alfredo, a pesar de sus razonamientos anteriores en el sentido contrario-. Violeta ha abandonado completamente su anterior estilo de vida. Sin embargo, Alfredo descubre que Violeta ha vendido todas sus pertenencias para financiar su vida en el campo y se dirige a París para corregir la situación. Mientras Alfredo está fuera, su padre llega a la casa y le comenta a Violeta que el futuro de Alfredo y la suerte de su hermana ha sido destruida por su conexión con ella (su reputación como cortesana compromete el nombre Germont). Violeta escucha, con un creciente remordimiento, las patéticas palabras del señor Germont y decide abandonar a su amado, poniendo como excusa su deseo de regresar a su antigua y libertina existencia.
Acto II. Escena II En casa de Flora.
Para ahogar su pena, Violeta, se consume aún más profundamente en su libertinaje. Alfredo la confronta en una fiesta y la deshonra tirándole dinero que dice le debe por los servicios prestados mientras vivieron juntos. Violeta se desmaya abrumada por la enfermedad y la pena. Alfredo es desafiado a un duelo por el barón Duophol, el acompañante de Violeta, pero entonces ésta recupera sus fuerzas y confiesa su amor por Alfredo.
Acto III. En la habitación de Violeta.
Algunos meses después de la fiesta, Violeta yace en cama debido al avance de la tuberculosis. Lee una carta del señor Germont, en la que le dice que ha informado a Alfredo del sacrificio que Violeta ha hecho por él y su hermana. Alfredo (vivo después de herir al barón Duophal en el duelo) se apresura a llegar a su lado, comprendiendo al fin que Violeta se había sacrificado por él, y le suplica que lo perdone. Ella muere en sus brazos.

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