Como parte de la ceremonia, tanto el matrimonio santiagueño como los invitados debían beber cerveza negra que fue servida en una vasija. |
“El sábado por la noche (31 de julio), cuando clavé el puñal en la tierra para abrir el hoyo, lo primero que encontré fue la piel del coyuyo. Fue muy fuerte. A medida que penetraba el cuchillo, recibía una energía vital”, expresó.
El agujero fue excavado a cuatro metros del lugar donde Tere y Froilán comenzaron a construir su hogar. “Ayer (por el sábado 31 de julio) habíamos terminado de hacer el techo. Ahora, con las energías que me dio la Pachamama habré de continuar”, sostuvo.
“Con todos los alimentos, el alcohol y el incienso que pusimos, la tierra se fortalece pero también se tonifica mi espíritu. Respeto a la tierra porque ella nos provee de todo para la vida. Lo de hoy (por ayer) fue una bendición de Dios”, expresó.
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