martes, 3 de agosto de 2010

El “Indio” fue bendecido por la Pachamama




Froilán González, el “Indio” para todos, vivió ayer un día inolvidable. Amigos que vinieron desde Jujuy, a través de un ritual característico en esa región del país, bendijeron el lugar donde se levantará su propio hogar. Una mañana fría para un momento de recogimiento junto a su esposa Tere Castronuovo.
Froilán González elevó sus brazos al cielo y, como en una plegaria, no ocultó su satisfacción por las gracias que recibía, en su patio, de parte de Gabriela Benavídez y Pacha Alderete, dos amigos jujeños quienes invocaron a la Pachamama para bendecir el tradicional lugar donde el “Indio” y su esposa Teresa Castronuovo construirán su casa.
Un domingo frío para un momento de profundo recogimiento y calidez. Un mediodía, horario en que comenzó a realizarse el ancestral rito aimará-quechua, lleno de silencios en un lugar donde, habitualmente, reina el bullicio, la música y el folclore. Un instante de introspección que fue acompañado por amigos y familiares de Froilán y Tere.
Si hasta los pájaros dejaron de cantar. El crepitar de las leñas que encienden los hornos de barros parecían haberse congelado cuando Gabriela y Pacha, junto al matrimonio santiagueño, comenzaron a entregar las ofrendas a la Madre Tierra con la introducción, en un pozo que en la noche del sábado cavó el “Indio”, de alimentos y hojas de coca.
Silencio total. Abstracción de los presentes. De a poco, González y Castronuovo, siempre de rodillas, cumplieron meticulosamente con los pasos que se requiere para esta ocasión. También colocaron en el pozo, de aproximadamente un metro de profundidad por 50 centímetros de diámetro, alcohol e incienso para sanar la tierra.

Cerveza negra
Mientras todo transcurría, una mujer ofrecía a los presentes cerveza negra. Esta bebida estaba contenida en una vasija marrón. Los invitados solo debían mojarse los labios y después pasarla de mano en mano. A todo esto, Tere y Froilán se confundían, visiblemente emocionados, en interminables abrazos.
Lágrimas de felicidad surcaron las mejillas de este conocido matrimonio. Y cada palabra de ellos no eran otras que de agradecimiento a Gabriela y Pacha por haber escogido al patio para celebrar por la Pachamama. Esta es la primera vez, “y no será la última”, diría el “Indio”, que se hizo un ritual de estas características en el patio.

Ánimo
“¡Vamos, comadre, que este es un momento único!”, le decía Gabriela a una sentida Tere. “Mi corazón late alborozado. No encuentro palabras para describir las sensaciones que invaden mi alma”, repetía Castronuovo. El ritual se extendió hasta las 13. Luego de cerrarse el pozo, recién se escuchó la música y todo volvió a su cauce habitual.
El ritmo de un sikus, un grupo de cajas y un par de bombos legüeros rompieron el silencio. Las coplas, en las que se hace referencia al momento, poblaron el patio. Todos unieron sus voces para agradecer la generosidad de la Madre Tierra. Paz, trabajo, salud, bienestar, amistad, prosperidad y alegría fueron remarcados en este ritual.


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1 comentario:

  1. muy linda la variedad de textos que subís Emilio! Hay un poco de todo, para todos los gustos!

    me gustan tus relatos, te hacen sentir que estás ahí!

    Muchas gracias por el comentario en el facebook de mi blog, espero que sigas pasando seguido.

    Gala

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